Las cuatro obras de Ignacio Zuloaga que engalanan el altar mayor del santuario de la virgen de Arrate se encuentran de viaje. Su destino es Alemania, donde participan en una exposición centrada en el artista eibartarra que lleva como título Mythos Spanien. Ignacio Zuloaga 1870-1945.

La primera escala de esta muestra es el museo Kunsthalle de Múnich. Posteriormente parte de las obras que forman la exposición se trasladará al centro Forum Bucerir Kunst de Hamburgo, donde quedarán expuestas hasta el 26 de mayo de 2024. En ese grupo no están incluidos los óleos de Arrate, por lo que, si no hay cambios sobre el guion previsto, estarán de vuelta en Arrate para el mes de febrero.

La exposición de Múnich está formada por un total de 80 obras. Los cuatro óleos de Arrate comparten espacio con dos obras cedidas por el Museo San Telmo de Donostia, Torerillos de Turégano, pintada en 1913, y Parisinas (en Sant Cloud), que data del año 1900, así como con cuadros del Museo Reina Sofía de Madrid y el Museo Bellas Artes de Bilbao, y otras obras procedentes de distintos rincones del mundo, como Argentina, Estados Unidos y México.

Los cuatro lienzos forman parte de un conjunto devocional denominado Los Romeros Orantes. Como su nombre indica, los óleos muestran a varios peregrinos caminando en posición de oración hacia la Virgen de la Purísima Concepción que preside el retablo. Su origen nos traslada a 1904 y, según se cuenta, son fruto de una promesa que Ignacio Zuloaga le hizo a la Virgen, ofreciéndose a pintarlos si intercedía en la mejora de la salud de su hija. Sea porque la virgen escuchó su petición o por otra razón, el caso es que su hija sanó y la figuras terminaron adornando los laterales del camarín que alberga a la imagen de la virgen que tanto veneran los eibartarras.

Desde su colocación no han sido pocas las vicisitudes que han vivido los cuadros. De hecho, el artista eibartarra se vio obligado a acometer algunas labores de restauración de las obras a los pocos años de ser pintadas. La última de ellas tuvo lugar en el transcurso de la Guerra Civil, coincidiendo con su traslado temporal a Bilbao.

La capital vizcaina fue también el destino del último viaje de Los Romeros Orantes antes del que los ha llevado a Alemania este mes. El paso del tiempo se había cobrado su tributo en forma de daños y se estimó que sería necesario su traslado al Museos Bellas Artes de Bilbao para trabajar en la recuperación de las obras. Los primeros estudios llevados a cabo en 2019 permitieron constatar que el color original se estaba viendo alterado por unas eflorescencias blanquecinas en forma de manchas fruto de un proceso químico denominado saponificación. Este proceso era el resultado de la combinación de los ácidos grasos del aglutinante del óleo con partículas metálicas presentes en ciertos pigmentos, y el reto de los restauradores fue detenerlo y hacer que los cuadros recuperaran su esplendor original. La restauración fue un éxito y las imágenes regresaron a Eibar en septiembre de 2021, a tiempo para la celebrar las fiestas de la Virgen de Arrate.