Los eibartarras cumplieron con la tradición y acudieron ayer a Arrate a festejar el día de su patrona, la Virgen de Arrate. La noche no había mostrado los mejores presagios, con una fuerte tormenta que hizo dudar a más de uno a la hora de decidirse a subir hasta Arrate. Sin embargo, la patrona de la villa armera y, también, de los txistularis no iba a permitir que la lluvia desluciera la celebración y el sol se convirtió en uno de los grandes protagonistas de la jornada de ayer.
Las banda de txistularis Usartza anunció la apertura del programa con un recorrido en el que estuvieron acompañados del alcalde de Eibar, Jon Iraola, y varios miembros de la corporación municipal. Las celebraciones continuaron con un oficio religioso que contó con la participación de los txistularis de Usartza y el grupo de ezpatadantzaris de Kezka. La procesión hasta la cruz, donde se interpretó la tradicional Salve, y el baile de Kezka ante la imagen de la Virgen de Arrate en el exterior del santuario cerraron al apartado religioso de esta parte de la fiesta, pasando el protagonismo a las txoznas y a los actos de carácter eminentemente lúdico que tuvieron lugar a renglón seguido: trikitilaris, bertsolaris, hiru txirlo, baile al suelto, romería y un concierto de dj’s, ya por la noche).
La jornada de mañana supondrá un alto antes de que Arrate retome el ambiente festivo el domingo con el día de la Cofradía y los baserritarras jubilados. La jornada incluye la disputa del XXVII Cross Simón Aldazabal, una misa mayor y una procesión, el concurso de paellas y, ya por la tarde, una competición de arrastre de piedra por bueyes.