Óscar Sánchez estudiaba 2º de BUP en la ikastola de Urretxu y Zumarraga, cuando su familia se trasladó a Alicante. Se integró perfectamente, pero al poco murió su padre y les tocó vivir años duros. Aunque han pasado casi 35 años desde que se fueron de Urretxu, sigue ejerciendo de urretxuarra. Dice que mantener el contacto con la cuadrilla y seguir hablando euskera es fundamental para él.

Recuerda muy bien su llegada a Alicante. “El aita trabajaba en la empresa Patricio Etxeberria y vino a Alicante a abrir su propia empresa. Pero al año de llegar, murió en un accidente. Yo tenía 16 años. Mi hermana Maider tenía 6 años y mi hermana Ainara 3”.

En la ikastola de Urretxu y Zumarraga dejó muchos amigos y estos tuvieron un bonito detalle con él. “Vinimos a Alicante cuando yo estaba estudiando 2º de BUP. Al año siguiente, los que habían sido mis compañeros de clase se fueron de viaje de estudios a Torremolinos y yo también fui con ellos. Fue algo muy bonito: tras la muerte del aita la ama tuvo problemas económicos y mis compañeros me pagaron el viaje de estudios. Esas cosas no se olvidan”.

Aunque había dejado muchos amigos en Urretxu y Zumarraga, no se le hizo duro ir a Alicante. “Me costó menos de lo que esperaba. Enseguida me acostumbré a estudiar en castellano, hice amigos, empecé a jugar a baloncesto...”.

Sigue viviendo en la capital, pero los fines de semana va a Biar, un pueblo del interior situado en las estribaciones de la sierra Mariola. “La familia de mi mujer tiene una casa en Biar y los fines de semana y las vacaciones vamos allí. Para mí, es como ir a Urretxu: está en el monte, allí también tengo cuadrilla... Alicante, aunque no es muy grande, es una ciudad. Además, hoy en día trabajo en Valencia y paso la mitad de la semana allí”.

Es aparejador. “Estudié Arquitectura Técnica y trabajé en ello hasta que estalló la crisis. Después, tuve una agencia de viajes especializada en ciclismo. Tenía clientes de Noruega, Holanda, Bélgica... Me encargaba de ofrecerles todos los servicios: hoteles, rutas... Hoy en día trabajo para una promotora, como director técnico”.

Tiene un hijo y una hija: Nicolás, de 16 años, y María, de 14. Conocen Urretxu, por supuesto, pero no tan bien como le gustaría a su padre. “No han ido muchas veces: primero la crisis, después la pandemia, mi mujer se rompió la pierna... Llevan siete años sin ir a Urretxu. Yo he ido este año, pero ha sido para ver la salida del Tour, por lo que no me he llevado a la familia”.

El ciclismo es su gran afición y vio las tres etapas del Tour que recorrieron las carreteras de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. También tuvo tiempo de disfrutar de las fiestas de Zumarraga, con su cuadrilla. “Vi a mucha gente a la que llevaba 10-15 años sin ver”.

Urretxu sigue siendo muy importante en su vida. “No perder el euskera ni el contacto con la cuadrilla es algo fundamental para mí. Gracias a Whatsapp, tengo una relación muy estrecha con la cuadrilla. Con otros amigos me relaciono mediante Facebook. En Alicante me conocen como Óscar El vasco y los de la cuadrilla de Biar me llaman Lehendakari”.

También es bastante activo en el Facebook de Urretxu y Zumarraga. “Me gusta estar informado de todo lo que pasa en el pueblo. Si hay algo que no llego a comprender porque vivo fuera, les pregunto a mis amigos”.

Además, es seguidor de la Real. “Más que aficionado al fútbol, soy de la Real. Suelo ver los partidos de la Real y mis hijos también son de la Real”.

Para finalizar, quiere dar las gracias a los vecinos de Urretxu y Zumarraga. “Siempre que voy a Urretxu, la gente me recibe muy bien. Estoy muy agradecido. Han pasado 34 años desde que me fui y está claro que ya no voy a perder el contacto con el pueblo. Cuando mis hijos se hagan mayores, iré más a menudo. El año que viene cumplimos 50 años y en marzo vamos a celebrar una comida. Iré, por supuesto”.