Dicen que nunca llueve a gusto de todos, una afirmación que sirve perfectamente para reflejar la valoración que los distintos agentes relacionados con el turismo en la comarca realizan sobre cómo ha sido el mes de julio. Por un lado, la ocupación hotelera en Irun ha llegado al 95%, un punto mayor que en el mismo periodo del 2022 y, sin duda, un dato muy positivo. Por su parte, en Hondarribia la cifra se ha situado cerca del 84%, lo que supone un ligero descenso respecto al pasado año, que algunos hosteleros y hoteleros achacan a la climatología y a la celebración de las elecciones generales el día 23.

Un julio agridulce para el sector turístico

No obstante, los datos de ocupación en la localidad costera varían dependiendo del tipo de establecimientos. En este sentido, Gonzaga Jauregui, del hotel Jauregui, valora de forma positiva el mes de julio y asegura que se ha consolidado “la recuperación de cifras de actividad previas a la pandemia, con un nivel muy alto de ocupación, previsto también para el mes de agosto”. En su caso, además, ha observado que “la clientela está realizando estancias de mayor duración”.

Al mismo tiempo, Lourdes Amundarain, de Artizarra Agroturismo, asegura que a lo largo del mes han trabajado bien y que el establecimiento ha estado libre “tan solo cinco días”.

Igualmente satisfechos se muestran algunos responsables hoteleros de Irun. Por ejemplo, desde el hotel Atalaia afirman que la primera semana de julio resultó muy buena, debido principalmente a la celebración de la Donosti Cup, y que en la segunda quincena han alcanzado igualmente muy buenos datos. Respecto al periodo central del mes, explican que principalmente han contado con “clientes habituales de empresas”, si bien los fines de semana han recibido a turistas.

Visitas en las Oficinas de Turismo

Mejores que los de la anterior temporada estival son los datos de visitas recibidas en la Oficina de Turismo de Irun. Si en julio de 2022 por allí pasaron 1.191 personas, en esta ocasión han sido 1.719, de las cuales alrededor del 62% venía de entornos cercanos dentro de Gipuzkoa u otros territorios de Euskadi. En su mayoría, el resto de visitantes procedían de otros puntos del Estado, como Madrid, Catalunya, Castilla-León y Andalucía. En este sentido, desde la Oficina señalan que “el incremento de visitantes de estas dos últimas comunidades es una tendencia al alza en los últimos tiempos”. Además, en lo que al turismo internacional se refiere, el público francés encabeza la lista, seguido por Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Bélgica.

La procedencia geográfica varía mucho al analizar los datos de las Oficinas de Turismo de Hondarribia, donde los visitantes de proximidad han representado tan solo el 11% de las 5.484 visitas recibidas (2.000 menos que en el mes de julio anterior). En la localidad costera ha abundado más el turismo internacional, con Francia también a la cabeza, seguida de Alemania, Reino Unido, Bélgica y Argentina.

A medio gas

Hosteleros y responsables de empresas de ocio señalan que julio ha estado muy influenciado por la climatología

En lo que a la hostelería respecta, Adur Arrieta, del restaurante Tatapas de Hondarribia, explica que “el mes de junio fue muy bueno gracias a la gente del pueblo y al turista centroeuropeo, al que le gusta comer bien”. Refiriéndose después a julio, admite que las dos primeras semanas trabajaron mucho, sobre todo gracias al festival de jazz, si bien la segunda quincena ha resultado menos intensa. “El año pasado fue la guerra desde el jazz hasta finales de octubre, y este año no lo ha sido. Ya sea por el clima o por algún otro motivo, las dos últimas semanas no han sido especialmente buenas”.

Con la esperanza puesta en agosto, Arrieta, que también se encarga de parte de la gestión del hotel Obispo, relata que el alojamiento está lleno hasta finales de septiembre, cuando en julio la mayoría de reservas han sido de última hora. “No ha habido reservas en masa”, cuenta. Respecto a su restaurante, adelanta que “tiene pinta de que agosto va a ser muy bueno. De hecho, ya lo está siendo y esperamos que lo que no hemos trabajado en julio lo podamos trabajar de aquí a septiembre, e incluso octubre”.

En la misma línea, Aitor Goikoetxea, de Kayak Basque Country, cuya sede se encuentra actualmente instalada en la playa de Hondarribia, explica que “teniendo en cuenta la climatología tan adversa que hemos tenido en julio, el mes ha ido un poco peor que el anterior verano”. Lo que sí ha notado Goikoetxea es una mayor afluencia de clientes del sur del Estado, así como de Francia, Holanda y Reino Unido. “A diferencia de los años de pandemia, hay muchas menos personas del entorno cercano. Creo que la gente de aquí tiende a gastar dinero fuera de casa”, cuenta. l