Botelli, más que una marca de ropa

Aitor Torre fue uno de los impulsores del proyecto, al que se sumaron posteriormente Elola y Lasarte. Lo explican: “Los de la cuadrilla siempre hemos estado ahí, tratando de echar una mano”.

Lo que comenzó como hobbie, “sin la presión de un proyecto que busca triunfar ”, fue tomando cuerpo. “Éramos unos chavales de 18-19 años con recursos muy limitados, con un proyecto que, poco a poco, ha ido tomando la forma de una marca de ropa”, añade Torre.

En la actualidad, ya han conseguido que sus productos se vendan en distintos comercios locales. “Estamos tratando de llegar un poco más lejos de Gipuzkoa y Euskadi”, recalcan. 

Comenzaron, algo que parece recurrente entre los emprendedores más jóvenes, vendiendo por Instagram para después poner en marcha la página web. “Skate Shop, una tienda enfocada al mundo del skate, nos dio la oportunidad para debutar en una tienda física”, destaca Torre. Posteriormente pudieron seguir vendiendo su ropa en otros comercios especializados de la ciudad: Intensity y La Plaza. 

En la actualidad, añade Elola, “lo que más estamos haciendo son eventos”. “Aparte de la ropa tratamos de hacer eventos deportivos y conciertos y hemos organizados dos ediciones de un campeonato de skate: Game of Skate.” La cita, en el frontón de Igara, “cada año ha ido tomando más repercusión”, asegura.

Botelli nació “para hacer la ropa que queríamos vestir”, indica el fundador de la marca. Porque, añade, “somos gente que hemos andado en el mundo del skate y nuestro entorno también”. 

Dicho y hecho. Comenzaron a producir “sudaderas un poco anchas con estampados algo minimalistas”. “Poco a poco nuestro público se ha adaptado a lo que hemos ido sacando y hemos creado una marca en la que tratamos mezclar un poco el estilo del skate y el underground, también con toques más elegantes para poder mezclarlo y que se adapte a todos los públicos”.

En su pequeño taller de Sagues cuentan con una prensa térmica y un pequeño equipo de serigrafía. Lasarte se encarga de los diseños, es diseñador gráfico de formación, y una empresa externa realiza los bordados.

El nombre nació también casi como una broma. Jugando con la palabra botere, poder en euskera, se llegó a Botelli, “que suena a italiano y nos hizo gracia cuando lo propuso un amigo”. De eso hace casi seis años.

Hasta “hace nada” no podían vivir de lo que es su pasión, pero poco a poco este hobbie tiene más forma de trabajo. “Los principios han sido duros y los hacíamos por amor al arte”, reconocen.

“Principalmente vendemos a nivel de Euskadi, pero ya empezamos a recibir pedidos de fuera. Estamos trabajando en esa expansión”, aseguran estos tres jóvenes donostiarras.

Para darse a conocer –además de a través de sus eventos, que es la forma que prefieren para que su marca se vincule a “un movimiento, a hacer cosas”– utilizan Instagram como herramienta de comunicación. “Intentamos crear contenidos que sean atractivos para nuestro público objetivo, que es gente de nuestra edad, de entre 20 y 30 años”.

La ropa de Botelli es unisex aunque, en la actualidad, explican, “estamos empezando a trabajar más en chica, para que se sientan más partícipes de la marca”.

Además, están inmersos en la producción de ropa de trabajo. “Vamos a colaborar en la Vuelta Ciclista a España con una empresa de catering que se llama KTR a la que hemos diseñado las prendas. Es el inicio de otra línea de actividad”.

Este grupo de incansables jóvenes son “de la cuadrilla desde los once o doce años”. Aunque el proyecto empezó de la mano de dos jóvenes, el resto de amigos “en todo momento ha echado una mano” .“Siempre hay amigos dispuestos a echar un cable como fotógrafos, modelos...”, señalan.

Se surten de productor de “marcas del norte de Europa”. Sobre esas prendas plasman sus diseños que se comercializan a precios diferentes. “Hay sudaderas que como exclusiva han salido a 70 euros, pero las hay de 50, camisetas de 30 o 35 euros y plumíferos que pueden rondar los 80 o 100 euros”. 

Para encontrarles en www. botellihardwear.com o en Instagram en @botellihardware.