La fauna del río Urola se vio sorprendida ayer por una inesperada visita, la de los entusiastas chicos y chicas que participaban en el descenso de barcazas organizado por el Gaztetxe de Azpeitia. Esta divertida celebración, un clásico que es seguido por cientos de personas desde las márgenes del río cada vez que tiene lugar, se encuadra en los actos conmemorativos del 18º aniversario del Gaztetxe que se han venido celebrando el fin de semana. Uno de los primeros capítulos tuvo lugar la tarde del viernes, con la final del torneo de fútbol-sala. El Sarandonga se hizo con el título de Liga al imponerse al Txanpai Fuola por 6-1, y el Dandelion derrotó al Kortzo en la final de Copa por 2-0.

Ayer por la mañana, una docena de estructuras realizadas con los más variados materiales (palés, garrafas, bidones...) y con una flotabilidad cuando menos dudosa formaron parte de la flotilla que se lanzó a las aguas del Urola a la altura de la Azoka Plaza a las 11.30 horas. A partir de ahí les tocó lidiar con el poco caudal del río y arrastrar las balsas camino de su destino final, las inmediaciones de la torre Enparan.

Durante la marcha, ni uno solo de los navegantes terminó seco. Todos acabaron en un momento u otro del recorrido en el cauce del Urola, lo que hizo que llegaran a su destino totalmente empapados, pero las risas, el buen humor y los gritos de ánimo que recibieron por parte de los azpeitiarras que les acompañaron a lo largo de la marcha hicieron que la celebración volviera a convertirse un año más en una gran y divertida fiesta.

Fin de fiesta

Las vicisitudes que vivieron los que se animaron a arrojarse a las aguas del Urola ayer por la mañana dieron paso a una animada comida a partir de las 14.30 que se vio aderezada de distintos actos, incluidos la entrega de premios del torneo de fútbol-sala y un karropoteo, pasos previos camino de una velada marcada por el concierto que ofrecieron los grupos Jipoituak, Igitaia y Ostikoka en el Gaztetxe a partir de las 21.00. l