Con la plaza de toros a reventar y numerosas personas sin perder detalle desde el exterior, el primer encierro de los sanjuanes de Arrasate transcurrió ayer con normalidad. El Ayuntamiento aumentó las medidas de seguridad, reforzando la presencia de vallas en todo el recorrido y recordando a través de la megafonía las normas de participación, con el objetivo de evitar el aparatoso tapón que hace un año dejó a decenas de jóvenes atrapados en la entrada al coso portátil.
La jornada amaneció repleta de público, muchos en condición de gaupaseros, que dieron continuidad a una intensa y maratoniana noche, y otros tantos fieles a la cita taurina que colgó el cartel de completo (se vendieron las 1.400 localidades y hubo quien se quedó sin entrada).
Bajo el sofocante calor, la festividad del día de San Juan llenó también de música y colorido las calles de la mano de la banda de Arrasate Musikal, los gaiteros y la comparsa de gigantes y kilikis con sus figuras de todas las tallas. Al término de la solemne misa mayor, la imagen del patrón de propiedad municipal fue llevada de vuelta al ayuntamiento sin la presencia de corporativos, al igual que sucedió un día antes en el desfile que precede a la Salve. Una vez situados frente al edificio consistorial, se bailó el aurresku y el zortziko de San Juan. Y continuando con las tradiciones, Etxaluze acogió el homenaje a las personas mayores de 80 años, que tuvo como protagonistas más veteranos a Vicenta Bengoa Iraola, de 101 años, e Ignacio Garmendia Antepara, que hará 98 el próximo 31 de julio.
Hoy será el turno de los txikis en la jornada reinada por Eguzkilaru.
