El cohousing intergeneracional proyectado en el antiguo colegio La Merced de Arrasate avanza con paso firme. El diseño de estos alojamientos dotacionales, dirigidos a jóvenes, personas mayores y colectivos desfavorecidos, toca ahora las puertas del Ayuntamiento para que se desarrolle un Plan Especial que abra la veda a la puesta en marcha de esta modalidad residencial, que prevé equiparse con 66 apartamentos y servicios comunes.

Las cooperativas ISEA y Krean capitanean, con el apoyo económico del ente foral, la definición de este proyecto que pretende llenar de vida un edificio que cesó su actividad educativa en 2008. En su alumbramiento han contado con la ayuda de estudiantes de IDarte (Escuela Pública de Arte y Superior de Diseño de Euskadi), que han colaborado en dar forma a la distribución de las viviendas y de los espacios compartidos y abiertos al público. También han trabajado codo con codo con el alumnado del máster del Centro de Innovación en Diseño de Mondragon Unibertsitatea, y dentro del proyecto Hariak, la estrategia de Gipuzkoa ante las soledades que promueve la Fundación Adinberri de la Diputación, se está llevando a cabo la iniciativa Kalelagun para diseñar las zonas de jardines y paseos, desde un enfoque arquitectónico, urbanístico e interdisciplinar que favorezca las relaciones sociales, la actividad física y la integración de tecnologías digitales, tal y como explica Aitor Orobengoa en representación de ISEA.

‘Etxekidetza’

Sobre el nombre con el que se quiere bautizar a este alojamiento comunitario se ha consultado al académico de Euskaltzaindia, Pello Salaburu, la opción de sustituir el término anglosajón cohousing por la denominación en euskera Etxekidetza, que agrupa etxe (casa) y kide-tza (camaradería o compañerismo).

El siguiente paso será presentar el proyecto en las comisiones municipales de Urbanismo y Bienestar Social, y consensuar con el Consistorio la estrategia a seguir para llevar a buen puerto el cohousing en La Merced. Un proyecto que contaba con el respaldo del anterior Gobierno municipal y, a priori, también del equipo que lidera la nueva alcaldesa, Maider Morras, que hace unos meses proponía un equipamiento de este tipo en el clausurado inmueble escolar.

Por su parte, la Congregación de las Hermanas Mercedarias, dueña del edificio, ve con buenos ojos las intenciones, aunque habrá que negociar cuestiones como la posible operación de compra y su financiación.