Un lavado de cara en toda regla. Los servicios sociales han estrenado esta semana sus remodeladas instalaciones de la calle Bidebarrieta de Oñati, después de someterse en los últimos siete meses a una actuación pensada para mejorar la actividad diaria de este departamento municipal, que se ocupa de promover el bienestar social de la ciudadanía con consultas presenciales y programas que se han ido diversificando con el paso de los años.

Ofrecer “mayor intimidad y privacidad” a las personas usuarias, ganando también en “comodidad”, han sido los objetivos que el Ayuntamiento ha perseguido con la reforma de las citadas dependencias, que ha traído consigo una inversión de alrededor de 280.000 euros, tal y como destacaron la alcaldesa en funciones, Izaro Elorza, y la coordinadora de los Servicios Sociales, Itxaro Leibar.

Dos décadas han transcurrido desde que este departamento municipal se mudará del edificio consistorial a los bajos de los números 10-12 de Bidebarrieta. Veinte años en los que las necesidades han ido cambiando. Así, la nueva distribución ofrece una sala de espera en la entrada con una puerta corredera automática que comunica con la zona de recepción, y una segunda puerta de las mismas características que permite el “cribado” en el acceso a la zona de atención personalizada, detalló Leibar en la visita a la remozada sede.

Seis oficinas

La reorganización de los espacios ha permitido, a su vez, ampliar en uno el número de oficinas (un total de seis). La sala de reuniones, la zona office, el baño y el archivo completan las instalaciones, que son más luminosas gracias a las nuevas cristaleras. La obra se ha acometido, asimismo, bajo criterios de ahorro energético en los sistemas de aislamiento, climatización e iluminación.

En cuanto al funcionamiento, los servicios sociales tienen al frente a un equipo de siete profesionales. El horario de apertura se mantiene de 9.00 a 14.00 horas de lunes a viernes con atención al público, salvo los miércoles que se reservan para trabajos internos.