“Por las circunstancias en que me tocó vivir desde mi niñez hasta muy entrado en edad tuve ocasión de recibir mensajes muy diferentes, totalmente contradictorios a veces, y percibir situaciones determinadas y determinantes como consecuencia del conflicto extremo entre hermanos que constituye una guerra civil”, cuenta el escritor José Antonio Villar sobre cómo se despertó en él la idea de dedicar un libro a la dura, difícil y larga posguerra.

Escuchando a mi alma. En un vuelo virtual sobre la memoria (Círculo Rojo) es la primera incursión en el género de la novela de este oñatiarra, residente en Arrasate, que empezó a jugar con las letras cuando era un adolescente, plasmando sus particulares reflexiones en sus primeros ensayos que con los años han nutrido la mayor parte de sus múltiples obras.

La novela que este próximo martes presentará en la kultur etxea de Oñati (19.00 horas) tuvo su puesta de largo en euskera en la década de los años 70 del siglo pasado. Casi 50 años más tarde Villar recupera una historia que cree que “hay que seguir contando”, pero esta vez narrada en castellano (está preparando también la versión en francés).

En esta historia de una época real mediante un engranaje ficticio, el autor se introduce bajo la piel de un personaje testigo de la posguerra civil española, y desgrana sus vivencias en primera persona describiendo a través de sus relaciones personales una visión particular de aquellos años. “Hay una figura muy significativa para mí, la de Andoni, desde cuya muerte inicié el relato y cuya ideología representa bastante bien la mía. La más dificultosa fue la creación del personaje narrador protagonista, Joseba, en el que se podría identificar como autobiógrafo en algunos detalles, pero ni de lejos en la mayoría”, explica Villar.

La identidad, la traición o el perdón son algunos de los temas que se abordan en la trama de esta novela, en la que el escritor oñatiarra es “condescendiente con unos y con otros”, viéndolos más como protagonistas obligados de la contienda, que como cualquier otra cosa.

Ha querido “dar voz” al dolor que sufrieron durante tantos años los que sobrevivieron, tanto los que ganaron como los que perdieron. “A ninguno considero responsable de la marea que arrastró a cada cual a donde le llevó sin haberlo solicitado”, apunta Villar.

No extremista

Con la lectura del libro le gustaría que las y los jóvenes “desde su lejanía en el tiempo encontraran una visión de los bueno imitable y lo malo a evitar”. “Mi intención ha sido ofrecer un punto de vista no extremista y comprensivo con ambos bandos contendientes, pero siempre contrario a la guerra. Ni ayer, ni hoy ni en el futuro hay fundamento que la justifique, teniendo capacidad para la comunicación”, concluye. l