Gipuzkoa es tierra de grandes organistas, pero el relevo no está garantizado. El órgano es un instrumento complejo que solo se puede encontrar en las iglesias y en los grandes auditorios. La mayoría de los jóvenes se decantan por otros instrumentos, pero hay algunos que están aprendiendo a tocar el órgano. Es el caso del zumarragarra Oier Gastón Garrido. Tenía solo 4-5 años cuando quedó prendado por el sonido de este instrumento y está aprendiendo a tocarlo con José Luis Franzesena. Hoy, ofrecerá su primer concierto: a las 20.00 horas, en la parroquia de la Asunción de Errenteria.

Se enamoró del órgano siendo un niño. “Tenía 4-5 años cuando escuché por primera vez el sonido del órgano. Le pregunté a mi madre de dónde provenía ese sonido y me dijo que era un órgano. Después de una misa, el organista me enseñó el instrumento”.

En sexto de Primaria empezó a tocar el piano. “Se considera que hay que hacer unos cinco años de piano antes de empezar con el órgano. He empezado este año”. Su profesor es el azpeitiarra José Luis Franzesena, organista titular de la parroquia de Santa María la Real de Azkoitia. “Tocamos en el convento de Las Esclavas, en Azpeitia. Es el convento que aparece en la serie Go!azen. A veces vamos a la parroquia de Azkoitia, pues su órgano está entre los mejores de Europa”.

Como está estudiando, no puede ir a diario a Azpeitia: una vez a la semana va a Azpeitia y otros dos días ensaya en la parroquia de Urretxu. Hoy ofrecerá su primer concierto, en la parroquia de Errenteria. “Conocí al organista de Errenteria a través de Instagram y se ha portado muy bien conmigo. Quiero darle las gracias, pues me ha dado todas las facilidades”.

Interpretará una obra de Bach, dos improvisaciones basadas en las Melodías Vascas y en obras de distintas épocas y varias composiciones suyas. De cara al futuro, quiere completar sus estudios en el conservatorio de Donostia y en Musikene. Su sueño es hacer giras por todo el mundo y tocar en la catedral de Notre Dame, en París.