El próximo 9 de abril se celebra el Domingo de Resurrección, una jornada en la que la tradición católica festeja el regreso a la vida de Jesús tras su muerte en la cruz. Las distintas localidades de Debabarrena conmemorarán esta jornada con distintos actos religiosos pero si hay una en la que esta celebración tiene un significado especial es Elgoibar. La parroquia de San Bartolomé y la plaza Kalegoen serán el centro de un oficio que tendrá la recreación del momento en el que Cristo Resucitado se presenta ante su madre, la Virgen María, como uno de sus principales atractivos.

La celebración del Domingo de Resurrección dará comienzo con una misa que en la parroquia de San Bartolomé a las 10.45 horas. Tras este oficio llegará la procesión señalada anteriormente. En ella, los fieles que portan la imagen de Cristo se sitúan en un lado de plaza Kalegoen y los que llevan la imagen de la Virgen María se colocan justo enfrente, pero separados por varios metros. Una vez en esa posición, ambas figuras son llevadas la una hacia la otra y, cada pocos pasos, los fieles que las portan se inclinan para recrear con ese gesto la señal de mutuo reconocimiento entre Jesús y la Virgen María. Esta operación se lleva a cabo en tres ocasiones, razón por lo que la procesión es conocida también con el nombre de la procesión de las Tres Reverencias. Una vez juntas, se bailará un aurresku en su honor antes de dar inicio a un recorrido por el centro del casco urbano y retornar de nuevo a la parroquia de San Bartolomé.

Imágenes centenarias

Las dos imágenes protagonistas de la procesión de este próximo domingo están estrechamente unidas a Elgoibar desde hace más de un siglo. Un estudio llevado a cabo por el historiador elgoibartarra Peio Arrieta sitúa la llegada de la figura del Cristo Resucitado en el año 1908. La imagen es fruto de la delicada labor de los artesanos que trabajaban en un taller de imaginería que respondía al nombre de Viuda de García. La parroquia de San Bartolomé buscaba una figura de ese tipo para sus celebraciones religiosas y llevó a cabo un desembolso de 500 pesetas de la época para adquirirla, tal y como aparece anotado en el Libro de Cuentas de la Fábrica de San Bartolomé de Calegoen. Por el contrario, no existen datos sobre la figura de la Virgen María. Pese a ello, Peio Arrieta no duda en situar tanto su fabricación como su llegada a Elgoibar en los albores del siglo XX.