La Mancomunidad de Debabarrena y el Complejo Educativo Eibar han diseñado un plan de acción dirigido a minimizar el desperdicio de alimentos en el comedor de este centro. Se trata de uno de los primeros proyectos de este tipo que se lleva a cabo en los comedores públicos del País Vasco y fue presentado ayer en una rueda de prensa en la que participaron el presidente de la Mancomunidad de Debabarrena, Iosu Arraiz, y representantes de Complejo Educativo de Eibar.

Miembros de Enraíza Derechos y Oreka, entidades encuadradas en la Plataforma de Euskadi contra el Despilfarro, controlaron durante una semana los alimentos que se desperdiciaban cada día en los desayunos, las comidas y las cenas de las 200 personas que acuden de manera regular al comedor del complejo educativo. El resultado fue de 350,5 kilos diarios, cifra que se si extrapola al conjunto del año da un total de 10.000 kilos de alimentos no aprovechados. El 49% de ese desperdicio se produce en la cocina, aunque en su mayor parte de trata de productos no comestibles. El 51% restante se genera en el comedor y se debe, principalmente, a raciones no consumidas en su totalidad. El pan, en especial en los desayunos, las ensaladas y los cocinados que se sirven como segundo plato son los alimentos que más se desperdician. Otro factor que incide en la cantidad de comida desaprovechada es el desfase entre los comensales previstos y los servicios de comida y cena que se llevan a cabo finalmente. Enraíza Derecho y Oreka constataron que había un promedio de 43 raciones elaboradas y no consumidas cada día, o, lo que es lo mismo, 9.000 raciones desperdiciadas a lo largo del curso escolar.

El plan para minimizar este desperdicio durante el curso escolar 2022-2023 presentado ayer tiene uno de sus pilares en la sensibilización de los usuarios del comedor. Para ello, se plantea llevar a cabo campañas de concienciación con carteles informativos y vídeos, así como poner a disposición del alumnado una cuenta de correo para notificar si va a comer o a cenar en el comedor o no. También se formará al personal de cocina sobre desperdicio alimentario, seguridad alimentaria y gestión de excedentes con el fin de poder donarlos con garantías.

El otro pilar del plan es la gestión de la donación de los alimentos no aprovechados. Para lograr ese objetivo, la Mancomunidad de Debabarrena y el Complejo Educativo Eibar pondrán en marcha un servicio de reparto que derivaría las raciones sobrantes del comedor a entidades que desarrollan una labor social con el fin de que las puedan aprovechar las personas a las que atienden.