Los problemas en el abastecimiento de agua potable que sufre el barrio oñatiarra de Arantzazu van camino de solucionarse. “A mediados de marzo”, según apuntó el edil Xabi Igartua, arrancarán las obras para comunicar los depósitos de Azpilleta y Goiko Benta a través de la red general de Gipuzkoako Urak y, de este modo, garantizar el suministro de agua a 27 caseríos. El Consistorio ha adjudicado estos trabajos a la empresa Ekin eraiketak SL por un importe de 223.700 euros, y se espera que estén concluidos para “junio”.

El depósito de Azpilleta dispone de un sistema que conduce el agua almacenada hasta el caserío Zapiarbe y hacia Arrikrutz. Sin embargo, en distintas ocasiones las analíticas realizadas han detectado la presencia de Trihalometanos –compuesto químico– que se han generado durante el proceso de tratamiento como subproducto de la desinfección. A esta problemática de la calidad del agua para el consumo doméstico se une la escasez del recurso en periodos de estiaje, y por ello el Ayuntamiento, junto con las y los vecinos de Aran-tzazu, ha estudiado varios proyectos para dar con un remedio que zanje un problema que viene arrastrándose desde hace ya unos años.

Tal y como detallaron Igartua y la alcaldesa Izaro Elorza, tras los sondeos llevados a cabo una de las opciones era tomar el agua desde un punto de captación situado por debajo de la sierra de Elgea. La segunda alternativa, que es la que va a materializarse, aprovechará el depósito de Goiko Benta desde donde la infraestructura de Gipuzkoako Urak abastece al santuario de Arantzazu, caseríos del entorno y el restaurante Zelai Zabal.

La actuación

Así, se instalará una conducción de polietileno de 75 milímetros de diámetro desde la actual acometida de Zelai Zabal hasta el caserío Zapiarbe. Además, se acometerá el refuerzo de dos pequeños tramos junto a Akuegiko Errota, y se colocarán reductoras de presión en la línea de Goiko Benta para aproximar las condiciones de servicios a las actuales y no incrementar en exceso la presión de la red existente.

La actuación se enmarca dentro del objetivo de dotar al medio rural de “servicios básicos”, y en el caso del suministro de agua a los hogares las carencias existentes, por ejemplo en el barrio de Urrexola, quieren ir solventándose en los próximos años.

Por su parte, las obras más inmediatas, las de Arantzazu, han sido adjudicadas en una segunda convocatoria (la primera quedó desierta), y serán financiadas a partes iguales por las arcas locales y el Consorcio de Aguas de Gipuzkoa por medio del acuerdo suscrito con el Consistorio dentro del paquete de inversiones. También se va a concurrir a las ayudas que otorga el Gobierno Vasco para este tipo de intervenciones.