Ayer se presentó en Soraluze Debabarrena Berritzen, un proyecto dirigido a crear itinerarios de formación, empleo, orientación y acompañamiento para la inclusión sociolaboral de jóvenes de la comarca menores de 30 años en riesgo de vulnerabilidad. La sede del proyecto está en un local de 1.400 m2 situado en la calle Olaldea de Soraluze. Durante años fue utilizado como garaje pero, tras su adquisición por el Ayuntamiento soraluzetarra, pasó a convertirse en el pilar de un proyecto compartido en el que participan dicho Consistorio, el Ayuntamiento de Elgoibar, la Diputación Foral de Gipuzkoa, el Gobierno Vasco, Debegesa, Edukeibar, Kalexka y Lanbide.

El primer grupo en incorporarse a este proyecto está formado por doce jóvenes. A lo largo de 12 meses, disfrutarán de un programa de acompañamiento y otro de formación que les permitirá acceder a la certificación de profesionalidad de operaciones básicas de revestimientos ligeros y técnicas de construcción. Esta formación se complementará con un contrato de alternancia de 10 meses en el que podrán aplicar en entornos reales los conocimientos de albañilería, colocación de pladur y suelos, fontanería, carpintería y electricidad adquiridos en las clases. Los alumnos de esta primera promoción (el próximo año habrá una segunda) iniciarán sus prácticas en el propio local que ocupan en Soraluze, construyendo la zona de servicios, vestuarios y varias salas. Además, participarán en los proyectos de regeneración urbana de Ezozibide, en Soraluze, y en el espacio municipal comunitario cedido por el Ayuntamiento de Elgoibar en Olasogain (Sigma). El proyecto es, en definitiva, una apuesta por la inclusión de los jóvenes tomando como referencia el sector de la construcción, un ámbito laboral con una demanda de mano de obra para la rehabilitación de edificios en clave de sostenibilidad y eficiencia energética que no para de crecer.