Arrasate Zientzia Elkartea (AZE) no desarrollará más actividades de carácter arqueológico y, por tanto, suspende las “dos prometedoras” excavaciones que tenía previstas llevar a cabo este año en Anporreta-Loo y la desaparecida ermita de San Lorenzo del barrio de Garagartza. Los miembros de la asociación que vela por la protección y difusión del patrimonio local han adoptado esta decisión después de toparse de bruces con el escollo urbanístico que, según explican, “nos exige la obtención de una licencia municipal para realizar las mencionadas catas arqueológicas como si se tratara de una obra de construcción, con el consiguiente pago de tasas que ello conlleva”.

AZE insiste en que los proyectos de investigación que ejecuta anualmente para arrojar luz sobre el pasado y los diferentes episodios que conforman la historia local, se enfrentan ahora “a la aplicación literal”, sin ningún tipo de observaciones, del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) “por parte del área de Urbanismo”.

“Consideran que una cata arqueológica es asimilable a un desmonte, a una obra de ingeniería o a la construcción de viviendas que emplean maquinaria pesada. En cambio, para esta intervención no se precisan más que una cuerda y clavos para delimitar el lugar a excavar; el pico y pala para limpiar la zona; rasquetas, escobillas, pinceles; y una libreta y bolígrafo para tomar notas. Poco más”, inciden los investigadores de AZE, que muestran su “total desacuerdo” con la exigencia que les llega desde el Ayuntamiento porque, tal y como lamentan, “sentimos que la institución municipal ni valora ni aprecia la labor incesante y altruista que en estos últimos años ha realizado una asociación sin ánimo de lucro como es Arrasate Zientzia Elkartea, que subsiste gracias a las cuotas de sus socios y una subvención municipal anual, con una trayectoria más que probada en acometer iniciativas en favor del pueblo de Arrasate, y en múltiples ocasiones realizando actuaciones propias de la institución municipal”.

Para los integrantes de AZE el colectivo al que representan “no se merece el trato recibido por el citado departamento municipal” y, en consecuencia, renuncian a los 7.200 euros que la Diputación Foral de Gipuzkoa les ha concedido en forma de ayudas para las excavaciones previstas, posponiendo también la firma del convenio con el Consistorio correspondiente a este año.

Se creará una línea de subvenciones

Desde el Gobierno municipal, por su parte, exponen que las solicitudes para excavaciones arqueológicas “hasta ahora” eran gestionadas por el área de Urbanismo “como una aceptación”, sin embargo, la nueva organización del departamento aborda estas peticiones con una interpretación “literal” del PGOU que las considera licencias. “En consecuencia, aunque se autorizan las solicitudes, llevan asociadas el pago del ICIO –Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (supone el 5% del coste de ejecución de la obra)–, más la correspondiente tasa de tramitación”, precisan los responsables municipales. Ponen un ejemplo para hacer más visual su exposición: “Por una obra con un presupuesto de 1.100 euros la cantidad a pagar, en concepto de ICIO y tasas, ascendería a 118 euros”.

No obstante, el equipo de Gobierno reconoce “la importancia que tiene la recuperación del patrimonio” y la labor que ejerce AZE y es, por ello, que adelanta que se creará una línea de subvenciones en los presupuestos de 2023 para apoyar las intervenciones arqueológicas.