Las mejores amigas y amigos de la fiesta se citaron ayer de nuevo en Oñati. Feria, talo y degustación de sidra volvieron por la puerta grande tras un letargo de dos años. El ansia por la llegada de una de las jornadas festivas con más tirón, Herri Eguna, se dejó sentir en las calles con la alegría desmesurada que derrocharon pequeños, jóvenes y mayores.

La exposición de ganado ambientó los alrededores de la universidad.

Multitudinario fue el txotx que al mediodía transformó la Herriko Plaza en una enorme sagardotegi al aire libre. Se brindó y se regaron las gargantas con sidra, gracias a los más de 20 productores que se sumaron al evento. Hubo, sin embargo, muchos más alicientes en el trepidante día en el que Oñati se convierte en un gran recinto ferial, donde las tradiciones, el folclore y el caserío empastaron a la perfección con la creatividad e ingenio de los trabajos artesanales y la exposición de ganado. Todo ello con el tiempo a favor, después de un inicio de fiestas pasado por agua.

Los trabajos artesanales engrosaron también el menú festivo.

Del cartel de concursos locales se cayó el de frutas y verduras –la asistencia fue bastante más reducida que en ediciones precedentes–, mientras que en el certamen de quesos compitieron 14 piezas. Se impuso Nestor Altzelai del caserío Aldai (150 euros y txapela), seguido de Aitor Uriarte (Uxarte Garai; 100 euros), y Maialen Madina (Gesaltza; 60 euros). l

Las gargantas se regaron del caldo de más de veinte productores.

Una cuadrilla de jóvenes brinda con sidra en el multitudinario txotx que animó la Plaza.