Activo desde octubre de 2001 y ubicado el número 52 de Kale Zaharra a partir de 2017, el almacén solidario de Oñati cerrará sus puertas este próximo jueves. “Llevamos más de cinco años buscando un relevo en la coordinación”, explica José Antonio Urteaga, una de las caras más visibles de la solidaridad oñatiarra, que con mucho empeño e ilusión ha desempeñado está función en el proyecto que echó a andar para tender puentes con Argentina, y más tarde, desde 2015, ha trabajado con otras asociaciones y entidades como Cáritas, Elkarzabal, Acesma, la comunidad saharaui, los servicios sociales del Ayuntamiento, los centros escolares e inmigrantes que envían lotes de ropa a sus países de origen. En 2018, además, y con el apoyo incondicional de Hotz Oñati, incorporaron entre sus cometidos la ayuda al centro de primera acogida Larraña Etxea.

Urteaga señala que a partir del día 15 iniciarán las gestiones para que entidades como Emaús se hagan cargo de la ropa y otros artículos que el local de Kale Zaharra ha dejado sin repartir entre las personas con necesidades y en situación de vulnerabilidad. “Lo triste es que sigue habiendo muchas familias con necesidades en Oñati y en el entorno. No existe otro servicio de atención gratuita en Oñati ni en municipios de alrededor. A estas personas les quedará el recurso de acudir a las tiendas de Emaús”, expone Urteaga. El ropero solidario echa la persiana mostrando su agradecimiento al pueblo oñatiarra, al Consistorio y a Ulma “por la ayuda que nos han prestado todos estos años”. No obstante, la ONG Hermansoloña, al frente de esta iniciativa, continuará con sus proyectos solidarios en Argentina y el Sáhara. –A.D.