Los zumarragarras celebran hoy el día de Santa Isabel en La Antigua. Como todos los años, el acto principal ha sido la ezpata-dantza, que han bailado los dantzaris del grupo Irrintzi, al son de los txistularis del grupo Antxiñako Ama.

La fiesta ha arrancado con el pasacalle de los txistularis. Después, autoridades y vecindario se han reunido en la plaza para subir a La Antigua. Tras la ezpata-dantza, la misa mayor y el aurresku de honor, han actuado los bertsolaris, los trikitilaris y los dulzaineros. Después ha tenido lugar la comida popular. La fiesta continuará por la tarde, con la romería. Poco antes de anochecer, todos los presentes bajarán al pueblo en alegre kalejira, donde seguirán con la romería. Tras los fuegos artificiales, habrá fiesta Dj y verbena con la orquesta Diamante.

Pero la fiesta del día de Santa Isabel es mucho más que una ancestral ezpata-dantza y una sucesión de actos. Es, sobre todo, un día de emociones y de alegría. Por ejemplo, la emoción y la alegría que han sentido todos los txistularis y dantzaris que han participado en la ezpata-dantza. Todo un honor para cualquier zumarragarra.

La emoción que han sentido, sobre todo, las cuatro capitanas y sus familiares. Maddi Barrena e Irati Etxeberria se han estrenado hoy como capitanas. Miren Hernández y Lide Mendiaraz ya habían bailado ante la virgen, pero fue durante los dos años de pandemia. Hoy han podido disfrutarlo al 100%.

También ha sido un día muy especial para Miguel Urteaga, panderojole de Zumarragako Trikitixa que hoy ha tocado por última vez en La Antigua. Tiene 83 años y lleva 70 tocando la trikitixa. Su intención era despedirse en los santaisabeles de 2020, coincidiendo con el centenario de Zumarragako Trikitixa, pero aquellas fiestas se suspendieron por la pandemia. Urteaga ha tenido que esperar dos años, pero hoy por fin ha podido despedirse a lo grande: tocando en su querida romería del día de Santa Isabel y recibiendo el cariño de todos sus vecinos.

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Ha sido una jornada de emociones para Urteaga, para los txistularis, para los dantzaris... y para el resto de los que se han reunido en La Antigua. Saludar a viejos amigos, comer con la cuadrilla o la familia, conversar, reír, cantar a viva voz, bailar hasta reventar... En definitiva, disfrutar de la vida.

Como siempre, la cumbre del día de Santa Isabel está siendo todo un éxito. ¡Eso sí que es una cumbre! Todos son amigos, todos son bienvenidos. Menos OTAN, Putin, armas, vallas, muros... y más días de Santa Isabel, es lo que hace falta.