- Los ritos y tradiciones que la pandemia había relegado a un segundo plano en los últimos años vuelven a estar en plena forma. Los bidasotarras lo demostraron ayer durante la celebración del día de San Marcos, acudiendo masivamente a las parroquias de Irun y Hondarribia, que oficiaron por primera vez en tres años misas presenciales para bendecir las opillas que las madrinas regalan cada 25 de abril a sus ahijados.

A pesar de que en 2020 y 2021 la tradición de regalar estos bizcochos no desapareció, si lo hicieron los oficios religiosos presenciales. En los dos últimos años, las bendiciones se ofrecieron de forma telemática, con misas que pudieron seguirse online en redes sociales.

Pero ayer no hicieron falta los servicios de streaming. A las 10.30 horas, cientos de familias hondarribiarras se acercaron a la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano para asistir en vivo y en directo a la bendición de las opillas. Fue una misa breve, en la que el párroco de Hondarribia, Rafa Olaizola, procedió a bendecir los bizcochos tras leer un pasaje bíblico. Antes de finalizar, Olaizola deseó a los asistentes que disfrutasen de un feliz día, cosa que muchos hicieron subiendo después a las campas de Guadalupe.

En Irun, fueron muchas las iglesias que oficiaron bendiciones, pero la más multitudinaria volvió a ser la de la parroquia del Juncal. El clima absolutamente primaveral propició que el acto se realizase en la plazoleta en lugar de en el interior del templo, escenario en el que el párroco Fernando Jiménez dedicó unas palabras a los asistentes.

Con un mensaje de hermandad e invitando a los niños y a las familias a compartir no solo el día de San Marcos, sino también todos los del año, Jiménez quiso agradecer su labor a los sanitarios que han trabajado por aliviar las consecuencias sanitarias de la pandemia en los últimos años. El párroco del Juncal también expresó su deseo por que la paz se acabe imponiendo en Ucrania lo antes posible.

Tras los ritos religiosos, muchas familias bidasotarras dedicaron el resto de la jornada al disfrute, degustando las opillas en diversas zonas verdes de la comarca, como los parques de Irun, o las campas de Guadalupe, San Marcial o Ibarla. El de ayer fue un día de San Marcos como los de antes en Irun y Hondarribia, sin preocupaciones y lleno de esperanza para la posteridad.