- Los cuarteles de Loiola “no tienen el valor suficiente para meterlos en el catálogo”. Así lo consideró ayer el director de Urbanismo del Ayuntamiento de Donostia, Jon Chávarri, ante las preguntas de los informadores sobre la posibilidad de que el conjunto militar, o parte de él, quede protegido, ahora que el Consistorio proyecta comprar los terrenos al ministerio de Defensa para crear en ellos un nuevo barrio de viviendas y servicios.

Chávarri opinó que los edificios, de estilo neoplateresco tardío, “en principio no tienen mayor interés arquitectónico”, por lo que no estaban catalogados en el anterior Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico Construido (Peppuc) ni en el nuevo, que se aprobará de modo definitivo a fin de mes. No obstante, el director de Urbanismo no descartó que se puedan mantener algunos elementos de la actual construcción como, por ejemplo, la fachada del edificio de Infantería, o algún otro pabellón, para acoger instalaciones públicas.

Esta decisión, sin embargo, sería una iniciativa en recuerdo al actual paisaje urbano de Loiola, pero no una obligación porque el valor del conjunto lo deja fuera del Peppuc.

- Un Consejo Asesor de Patrimonio dará su opinión antes de incluir o excluir edificios dentro el catálogo del Plan Especial de Patrimonio Urbanístico Construido (Peppuc), un documento que ha sido revisado en los últimos tres años y será aprobado definitivamente este mes de marzo. La intervención del Consejo Asesor de Patrimonio se utilizará para modificar el catálogo de forma más abreviada y que no haya que someter cada caso a largos trámites, como ha sucedido hasta el momento.

El nuevo órgano consultivo contará con la presencia de expertos, como pueden ser el Colegio de Arquitectos, Aranzadi o Áncora, además de responsables del departamento de Urbanismo del Ayuntamiento y representantes de los grupos políticos municipales.

Así lo explicaron ayer la concejala de Urbanismo, Nekane Arzallus, y el director del departamento de Urbanismo, Jon Chávarri, que señalaron que el renovado Peppuc incluye 210 nuevos elementos respecto al documento anterior, con lo que Donostia contará con 1.310 edificios con algún tipo de protección patrimonial. Además, una quincena de los que forman parte del documento aumentan su grado de catalogación y pasan del C al B. “Con esto tenemos uno de los patrimonios protegidos más completos del entorno”, dijo Arzallus.

Las nuevas directrices de protección del patrimonio también prevén que se puedan llevar a cabo obras de mejora de la eficiencia energética en determinadas fachadas de construcciones catalogadas, si cumplen algunos requisitos como, por ejemplo, no tener sus fachadas de piedra.

Las 210 inclusiones en el Peppuc son básicamente las mismas que formaban parte de la aprobación inicial del documento, en febrero de 2020. La llegada de la pandemia alargó el periodo de exposición pública del trabajo y, finalmente, llegaron 30 alegaciones.

Nuevos criterios como “el valor paisajístico” y el “interés colectivo” han permitido añadir al catálogo algunas villas que, según señaló Chávarri, no tendrían un especial valor arquitectónico en sí mismas.

En concreto, de las 210 novedades, 150 corresponden a villas de las primeras décadas del siglo XX, muchas de estilo neovasco, levantadas en zonas de baja densidad y formando conjuntos, como los de Ategorrieta-Ulia, Intxaurrondo, Aldapeta, Duque de Baena, calzada de Egia, paseo del Faro y paseo de la Fe. También se añade al Peppuc el conjunto de 28 villas del paseo de Hériz, construidas en 1923, y las de Ciudad Jardín de Loiola, creadas entre 1917 y 1920.

Otros 50 edificios residenciales en manzanas, ubicados en Gros, el Centro y Ondarreta, también han ingresado en el Peppuc, además de otros inmuebles y espacios singulares como el Seminario Diocesano, el convento de las Salesas, del camino de Intxaurrondo, el de Santo Domingo o la clínica San Ignacio, antes en José Elosegi. También queda protegido el mercado de El Antiguo, el conjunto paisajístico del Tenis y la estación de Renfe.

En el grado A, por ejemplo, están los nuevos Bienes Culturales declarados, o en tramitación, por parte del Gobierno Vasco, como el conjunto monumental del muelle y la Parte Vieja, así como Villa Aldama, los depósitos de agua de Ulia y el Peine del Viento. En el grado B hay ahora quince elementos más que antes estaban en el C, como la Equitativa, Getaria 2, varios edificios de Prim y el Kursaal, entre otros.

Nueve villas así como del edificio Urumea de Moneo, el Seminario, los EUTG de Mundaiz, el Tenis y la Estación de Renfe, así como los dos conventos antes citados, pasan del grado B al C. Finalmente, unos 200 elementos entran en el Peppuc con grado D, entre ellos las villas seleccionados por su valor ambiental o paisajístico y edificios del ensanche de Gros.

El primer Peppuc se aprobó en 2009, tras prepararse desde 2005, y ha sufrido dos modificaciones. Antes la numerosas alegaciones presentadas, el Ayuntamiento inició su revisión completa.

“Con este documento tenemos uno de los patrimonios protegidos más completos”

Concejala de Urbanismo