Una bandera con muchas izadas
lejos de la multitud de la plaza de la constitución, muchos donostiarras eligen el ambiente familiar de su barrio para arrancar la fiesta entre amigos y vecinos
Mañana por la noche todos los focos y cámaras estarán puestos en la plaza de la Constitución. Pero además de allí, la bandera donostiarra se volverá a izar, como todos los años, en la mayoría de barrios donostiarras. Son actos más familiares o íntimos, pero sus protagonistas no los cambian por el de la Parte Vieja.
“He tenido oportunidad de ir, pero la verdad es que no me llama. Si fuera a otra hora...” confiesa Juantxo Ibáñez, tambor mayor de Ur Zaleak. Esta tamborrada egiatarra empezó a tocar antes de la guerra, pero fue en el año 1960 cuando retomó su actividad y, desde entonces, se encarga todos los años de izar la bandera en el tablado de la plaza Iruresoro (plaza Berri). No congrega a miles de personas, pero sí a más de un centenar de egiatarras que arrancan la fiesta en familia. “Tiene su cosita” estar en ese momento en el tablado arrancando la fiesta con amigos y vecinos, confiesa Ibáñez. Durante varias décadas la de Ur Zaleak fue la única tamborrada del barrio pero en la actualidad hay cinco, “lo que refleja el éxito de la fiesta”.
También Loiolatarra lleva más de 50 años izando la bandera en su barrio. “Es emocionante, ¡sobre todo para los viejos!” confiesa Ángel Calvo, tambor mayor hasta el año pasado de esta tamborrada. Él sí ha estado en la plaza de la Constitución. “Como experiencia está bien, pero me quedo con la de Loiola seguro”, afirma. “Es la de casa”, añade, y recuerda que son sus amigos y vecinos quienes les acompañan en esos primeros minutos de fiesta después de una cena de reencuentros y saludos.
“Conoces las caras que te están viendo”
Desde 1973 es la tamborrada Donosti, la más antigua del barrio, la que se encarga de tocar tambores y barriles en la medianoche del día 19 al 20 en Amara Berri. “Tenemos seguidores muy fieles”, cuenta Juanjo Moreno, uno de los miembros de esta compañía. “De chaval ya vives ese ambiente y la verdad es que me gusta”, recuerda, y añade que es diferente tocar “cuando conoces las caras de los que te están viendo”. A quienes les siguen a pie de calle se suman todos los años familias desde los balcones de sus casas que tocan con palillos o tenedores. “Se crea un ambiente muy bonito”, apunta.
En este caso, Donosti iza la bandera en la plaza de los Estudios pero poco después de la 1.00 horas se sube al tablado de Armerías con los tambores, barriles y herradas de Santiagomendi y también allí se congregan muchos amaratarras en el inicio de la fiesta. Es cierto que muchos se van después a la Parte Vieja, pero esos primeros minutos se junta bastante gente”, añade.
Fue en 1981 cuando al otro lado de la ciudad, en El Antiguo, la tamborrada de Sansustene empezó a encargarse de la izada del barrio en la plaza Benta Berri. Este año, con motivo de las obras de la pasante del Topo, el acto oficial se trasladará a la plaza Gascuña. Juanito Fernández, tambor mayor de Sansustene, apunta que en ese momento en la plaza se congrega bastante gente. Hay que tener en cuenta que el barrio está en fiestas estos días y, en ese contexto, la izada de El Antiguo “tiene cierto caché”, según Fernández, que reconoce que a muchos antiguotarras les cuesta cruzar el túnel de Ondarreta estos días y prefieren celebrar la Tamborrada en el barrio. “Incluso dicen que tocamos diferente los redobles”, añade sonriendo.
Algo después de la izada, sobre las 3.00 horas, Sansustene se junta con algunas otras tamborradas en Txalupagillene y también en ese encuentro el ambiente suele ser envidiable.
En Martutene la tamborrada Mardan empezó en el año 1994 a encargarse de la izada de la bandera en el barrio. Tania Manchado confiesa que depende mucho del tiempo el número de vecinos que congregan a medianoche, aunque hay muchos martutenearras fieles a la tamborrada del barrio. Ella tuvo la oportunidad de tocar en la izada de la plaza de la Constitución en representación de Mardan y reconoce que “es impresionante”. “Pero en Martutene es diferente, estás con tus amigos, con tu gente, tiene su encanto”. “Siempre lloro”, reconoce.
A la espera de las previsiones meteorológicas para mañana por la noche, de nuevo serán muchos los donostiarras que arrancarán la fiesta en casa, en su barrio. Las 24 horas del Día de San Sebastián no se pueden ampliar, pero la fiesta hace mucho que se estira más allá de la Parte Vieja hasta todos los barrios de la ciudad.