Síguenos en redes sociales:

Un remero incansable

Un remero incansableRuben Plaza

DOCE años después de las primeras gestiones para colocar en la isla de Santa Clara una escultura en homenaje a los remeros del Cantábrico, los promotores de la creación artística vuelven a tocar todas las puertas institucionales y proponen instalar la pieza escultórica en la zona de estancia situada junto a las Portaletas.

En esta ocasión, el remero tendría tres metros de altura, dos menos que en el proyecto original, y estaría hecho de acero cortén, más barato que el inoxidable, previsto inicialmente.

José Antonio Lucas Erro es un donostiarra enamorado de las regatas que propuso al artista Tomás Hernández Mendizábal que creara un hito para recordar el esfuerzo de los remeros que han participado a lo largo de la historia en las distintas regatas que se celebran en el mar Cantábrico.

En principio, la propuesta se centró en instalar la escultura en la isla de Santa Clara, con el fin de que se pudiese apreciar tanto desde la costa como desde el mar, y los promotores de la idea consiguieron el apoyo de numerosos clubs y tripulaciones del Cantábrico, de sociedades populares, de la Real Sociedad, del Orfeón Donostia... Además, lograron medio millar de firmas de particulares. La Diputación y la Kutxa también les dieron buenas palabras, según recuerdan, aunque no el entonces alcalde de Donostia, Odón Elorza, que no tomó con agrado la idea. Finalmente, la trai-nera no llegó a buen puerto, pero los impulsores de la escultura no desistieron.

en los sotos

No por el peso

En este tiempo, los promotores sugirieron cambiar el lugar de la escultura proyectada e instalarla sobre los sotos ubicados junto al Aquarium. Sin embargo, los 1.200 kilos de peso de la obra hicieron que el Gobierno Vasco, responsable del puerto, rechazara el emplazamiento, algo que los impulsores dicen no comprender. "¿Cuántos kilos de personas hay en esas hermosas terrazas los días de regatas? Sin comentario", dicen Tomás Hernández Mendizábal y José Antonio Lucas Erro, en una carta remitida a este diario.

Según su relato, en 2004, la coalición PNV-EA de Donostia presentó una moción al Pleno a favor de la colocación de la escultura, que logró el apoyo del PP y resultó aprobada por mayoría, aunque Elorza no hizo gestiones en favor de su colocación, según se quejan.

Desde entonces, la iniciativa también ha buscado acomodo en la localidad de Orio, de gran tradición remera, aunque no ha llegado fructificar. Ahora, los impulsores del homenaje escultórico proponen situarla junto a Portaletas, en el primer hueco existente entre los bancos de la zona de estancia, junto a los árboles.

PROBLEMAS

Permisos y financiación

Pero vuelven los dos problemas de siempre: la financiación y los permisos. Según asegura José Antonio Lucas Erro, el coste de la escultura no llegaría a los 8.000 euros, "porque el escultor no cobra", por lo que cada institución pública y la Kutxa deberían aportar unos 2.000. En cuanto los permisos, el Gobierno Vasco, competente en materia de Puertos, debería autorizar su instalación, algo que no considera difícil de conseguir ya que la idea ha recibido cierto apoyo, según aseguran, tanto en Gobierno de Bildu en Donostia como en el Ejecutivo de Lakua.

"Algunos nos dicen que el homenaje nos lo tendrían que hacer a nosotros, en lugar de a los remeros, por llevar tanto tiempo impulsando la iniciativa", dice en tono de broma José Antonio Lucas Erro, que no desiste pese al paso del tiempo.