Donostia acoge la pastelería artesana Gaztelo, con dulces 100% naturales
El pasado 27 de febrero fue un gran día para los amantes del dulce. Donostia acogía la nueva pastelería artesana Gaztelo, ubicada en la avenida de Zarautz, 76, del barrio de El Antiguo.
Es un negocio pequeño y familiar, levantado por el matrimonio formado por Begoña Gaztelumendi y Juan Jesús Elósegui. Ambos son unos maestros del mundo del dulce. Cada uno comenzó su trayectoria en escuelas distintas, Begoña se inició en la escuela de Luis Irízar y Juan Jesús estudió en Cebanc. Tanta uno como el otro han pasado por diferentes restaurantes de gran prestigio como el Zuberoa o el Akelarre, entre otros. De hecho, fue el cocinero, Pedro Subijana, quien les animó a que se iniciaran en el mundo de la repostería, trabajando junto a Francisco Torre Blanca, uno de los mejores pasteleros de toda Europa.
Tras pasar por distintas pastelerías del país, finalmente decidieron volver a Gipuzkoa y crear su propio negocio. En 1998 crearon el obrador Gaztelo en la calle Errekalde, 14 de Urnieta, y 14 años después han llegado a Donostia para endulzar un poco más las vidas de sus vecinos.
Si algo diferencia a la pastelería Gaztelo de las demás, es que todos sus productos son artesanos y 100% naturales. "Nosotros hacemos todo. Utilizamos materias primas de calidad, sin ningún tipo de aditivos, ni conservantes, y hazme caso que se nota. Solo hay que probar uno de nuestros bollos, pasteles o bombones para notar la diferencia" asegura Gaztelumendi.
La nueva pastelería, en la que también sirven cafés, infusiones o chocolate a la taza mezclado por ellos mismos, es todo un templo del dulce. Disponen de un amplio mostrador en el que exponen una larga variedad de bombones artesanos. También tienen todo tipo de bollos desde, el croissant tradicional, al de almendras que es la especialidad de la casa, palmeras con o sin chocolate, mojis con crema, caracolas o napolitanas. Los pasteles son otro punto fuerte de la casa, en la que preparan tanto repostería tradicional, como los pasteles de hojaldre o de manzana, o postres más elaborados con diseños curiosos, como la tarta de naranja, la de frambuesa o la de chocolate con manzana asada.
Por último, habrá que esperar hasta verano para poder probar los helados artesanos.