Gipuzkoa y Euskadi ya tienen otro episodio para el análisis y un nuevo indicio de que podríamos estar a las puertas de comenzar a naturalizar situaciones hasta ahora catalogadas como extremas. Ya son cada vez más las voces que así lo creen y alertan de una mayor probabilidad de padecer entre julio y agosto calores prácticamente desconocidos hasta ahora. De hecho, los 45,6 grados registrados en Bizkaia el miércoles, récord en la CAV, no quedan ya tan lejos de los 46,8 marcados este verano en el aeropuerto de Valencia ni de los 47,6 que siguen marcando el récord histórico en el Estado español, en Córdoba en 2021.

Por segunda jornada consecutiva, nuestro territorio superó ayer los 40 grados de temperaturas máximas, coqueteando de nuevo con el récord registrado en julio de 2022, cuando en Arrasate se alcanzaron los 42,9 grados centígrados. Hemos vivido dos jornadas asfixiantes, con noches tropicales que han dificultado el sueño de miles de guipuzcoanos. Ahora toca cambio.

El miércoles se alcanzaron 42,1 grados en la estación meteorológica que Euskalmet tiene en el embalse azpeitiarra de Ibai Eder. Y ayer, en otra jornada para estar escondido del fuego ambiental, se rozaban los 41 en Bergara antes del mediodía, y se sobrepasaban los 40 en Beasain y Arrasate. Las temperaturas fueron aumentando en las siguientes horas, pero a las 21.00 horas de anoche Euskalmet no había ofrecido aún datos actualizados.

Por suerte, el viento del noroeste que fue entrando por la costa ya a la tarde, redujo drásticamente las temperaturas, que hoy estarán ligeramente por encima de los 20 grados, con posibilidad de lluvia, al igual que el fin de semana.

Al finalizar el periodo estival del año pasado, el responsable de Euskalmet, José Antonio Aranda, calificó el verano de 2022 de “muy, muy, muy anormal” y “exagerado”. Y aunque poco tiene que ver el actual con aquel, sí hay algunas trazas de que algo se cuece. Agosto ha traído finalmente esta ola de calor que nos lo recuerda.

El verano pasado fue excepcional en muchos aspectos. En mayo ya se registraron dos jornadas por encima de los 35 grados. En total, fueron 23 jornadas con máximas superiores a esa cifra entre mayo y septiembre –ocho consecutivas en julio en la mayor ola de calor que se ha producido en los últimos años– y cinco de ellas superando los 40.

Este año estamos muy lejos de esas cifras. Pero los picos alcanzados estos días en Bizkaia nos hablan de un episodio extremo que no se había vivido hasta ahora. Para muestra, el récord absoluto de Euskadi registrado en la estación de Sodupe-Cadagua, donde el miércoles se registraron 45,6 grados, superando los 44,8 registrados en agosto de 2012 en Elorrio. Triste efemérides.

En las últimas 48 horas, el meteorólogo y presentador del tiempo en ETB Arnaitz Fernández, ha alertado en redes sociales de que esto no es casualidad y da un toque de atención a quienes sitúan estos registros en la anécdota. En el aeropuerto de Bilbao se registraron más de 43 grados el miércoles, “pulverizando” en más de dos grados el anterior récord desde que se toman datos (1947), recuerda Fernández en su cuenta de X (antes Twitter).

En 2022, pese a que los días calurosos fueron más y el pico en Gipuzkoa fue más alto, en la CAV la temperatura más alta fue de 43,6 en Laudio. Este año se ha superado en dos grados y los tres territorios de Euskadi han visto el mercurio por encima de los 40 estos dos días.

Las temperaturas sufrirán una drástica bajada en los próximos días y no se esperan nuevas olas de calor este agosto, pero los datos del año pasado invitan a no bajar la guardia. Por ejemplo, los días 11 y 12 de septiembre del verano anterior, en Gipuzkoa se registraron máximas de 38,1 y 37,8 grados, respectivamente. Debagoiena suele ser en este sentido uno de los lugares más calurosos, junto a Goierri y Urola Erdia.

Si algo se puede desprender, de hecho, en estos últimos dos veranos, es que los cambios meteorológicos suceden de forma brusca e inesperada. Para muestra, el mes de julio, el más caluroso del año por excelencia en el Estado español y también en Euskadi.

En julio del año pasado Gipuzkoa, por ejemplo, sufrió la peor ola de calor que se recuerda en mucho tiempo, con una media de máximas diarias de 36,7 grados durante nueve días consecutivos, entre el 10 y el 19 de julio. Este año, sin embargo, en esas mismas fechas, hemos vivido con las máximas instaladas diez grados más abajo, en torno a los 27 grados.

Precisamente, los expertos recuerdan que los modelos meteorológicos, que son simplificaciones de la realidad de la Tierra, están diciendo prácticamente todos que el planeta se está calentando. “Eso no quiere decir, sin embargo, que los próximos veranos vayan a ser todos más calurosos”, explicó el responsable de Euskalmet el año pasado a NOTICIAS DE GIPUZKOA.

“Seguiremos teniendo veranos normales y algunos incluso fríos, pero cada vez será más común tener veranos muy cálidos y extremos, que es lo que estamos teniendo”.

El verano de 2022, por ejemplo, pese a ser considerado excepcionalmente abrasador, no fue tan caluroso como el de 2003, pero hay signos que indican el cambio de tendencia. Un cambio que va más allá y afecta a otras estaciones. Así lo indican las estadísticas, según el responsable de Euskalmet: “Cada vez hace menos frío, menos heladas, y nieva menos, y poco a poco se va notando que los días de temperatura fría extrema son cada vez menos; en cambio, los días de alta temperatura extrema cada vez son más. Y eso es el cambio climático. Cuando haces una estadística, se ve un pequeño incremento de situaciones de calor, y un pequeño decrecimiento de situaciones de frío”.