Las normas forales (peajes) y las normas no escritas traen de cabeza a los transportistas guipuzcoanos, que encaran con “resignación” y “frustración” otro mes de agosto complicado para ellos y traerá, por segundo año consecutivo, importantes afecciones al tráfico en el territorio; sobre todo para los vehículos pesados. La situación amenaza con repetirse en próximos veranos debido a los importantes trabajos de rehabilitación previstos en nuestras carreteras.

Especialmente en la N-I, la autovía que vertebra el territorio de norte a sur y que en los últimos cinco veranos ha sido objeto de notables actuaciones estructurales precisamente en estas fechas. No en vano, muchas de las infraestructuras de este trazado datan de la década de los 70 y están llegando ya al final de su vida útil, por lo que requieren de una actuación rehabilitadora de calado.

Es el caso del viaducto del acceso sur de Andoain, situado en el punto kilométrico 445 (44,796 a 445,100), por donde a diario pasan una media de 49.929 vehículos (llegaron a superar los 60.000 en 1998 y 2007); más de 11.000 de ellos, pesados.

Allí está todo listo para iniciar el martes, 1 de agosto, las obras de rehabilitación del puente sobre el río Oria: trabajos que no impedirán el paso de los turismos, pero sí el de los camiones entre las 8.00 y las 22.00 horas. Y ello provocará “importantes afecciones” al sector, como el “cambio de horarios y rutas”.

Está previsto levantar la plataforma de la calzada y rehabilitar el tablero y modificar sus apoyos. Las obras durarán cuatro meses, aunque las principales limitaciones al tráfico se concentrarán en agosto por pura lógica. La calculadora no deja margen de error: es el mes de menos tráfico, y uno de los que menos precipitaciones (lluvias) registra, lo que agiliza y facilita los trabajos, que en este caso son de “extrema delicadeza”, ya que los operarios deberán trabajar debajo del tablero, suspendido sobre enormes gatos hidráulicos.

Podríamos hablar ya de una norma no escrita sobre la programación de estos trabajos en verano. Antes de la pandemia, en agosto de 2019, se acometió la rehabilitación integral de las famosas curvas de Etzegarate, el puerto que conecta Gipuzkoa con Navarra por Altsasu.

En agosto de 2022 también se acometió una “profunda rehabilitación” del firme de la autovía en Tolosa, en sentido a Irun, prohibiendo la circulación de camiones de más de 3,5 toneladas desde las 8.00 hasta las 20.00 horas entre Andoain y Beasain (salvo para los que se dirigían a un destino situado en ese tramo); y se habilitó durante 15 días un baipás de un kilómetro y medio en Tolosa.

Este año será en Andoain, otra obra programada, pero que provocará “retenciones”, según admite la Diputación, que ya ha adelantado que el próximo otoño dará más detalles de su nuevo plan de rehabilitación integral de nuestra red viaria. De hecho, la nueva diputada, Maria Ubarretxena, anunció la semana pasada un nuevo ciclo en el que las carreteras de Gipuzkoa “se someterán a profundas obras de rehabilitación en los próximos años”.

La otra gran actuación y limitación al tráfico este agosto se llevará a cabo en la variante de Donostia (GI-20), a su paso sobre el barrio de Loiola, donde el viaducto sobre el río Urumea sufre un “importante deterioro”, según el ente foral.

Allí la actuación será de carácter urgente, no programado, por tanto. De hecho, las limitaciones a los vehículos pesados de más de quince toneladas ya llevan vigentes durante dos meses, desde que un estudio detectó los importantes daños de la estructura. También en este punto se prohibirá la circulación de vehículos de más de 3,5 toneladas durante el mes de agosto, desde el martes.

Los transportistas son conscientes de esta realidad, y admiten que agosto es el mes idóneo para ello, porque “el tráfico baja mucho”, pero lamentan la falta de comunicación con ellos. “Siempre somos los paganos”, admiten fuentes del sindicato de transportistas autónomos Hiru.

Turnos de noche

Este es el segundo año consecutivo, de hecho, en el que Kepa Otxoa tiene que trabajar de noche en agosto. “Hasta ahora, me despierto siempre a las cinco de la mañana y en agosto tendré que acostarme a esa hora”, lamenta este veterano transportistas de 63 años, natural de Arrasate. Como él, un total de 35 camioneros autónomos encargados de transportar vigas de metal para construcción que se fabrican en ArcelorMittal Olaberria hasta el puerto de Pasaia, no podrán circular durante el día y se verán forzados a trabajar de noche.

Sólo con ello, la Diputación evita 60 trayectos diarios de ida y vuelta por la N-I. Otxoa es consciente de que eliminar el tráfico pesado de la autovía durante las horas diarias contribuirá a agilizar los flujos y reducir retenciones en el baipás de Andoain, pero asegura que “nadie piensa en los ruidos que se les van a generar por la noche a los vecinos de Pasai San Pedro, Antxo, San Juan y Lezo cuando los camiones estemos cargando de madrugada. El año pasado creo que ya hubo alguna queja”, asegura.

“Está claro que durante el día no quieren que estemos en la carretera. Nos hacen trabajar de noche y se quitan un peso gordo de circulación. Si el viaducto está mal, hay que buscarle soluciones; somos los primeros en entenderlo, siempre hemos sido bastante coherentes, pero deberíamos buscar soluciones entre todos y al sindicato Hiru no se le ha avisado. Nos hemos enterado a través de ArcelorMittal. Somos una víctima fácil”, lamenta Otxoa.

“Cuando no se puede, no se puede, pero estamos todos los días sufriendo unos atascos de la leche, si no es en la rotonda de Garbera, en la de los Bomberos (de Donostia), o si no en el nudo de Andoain. Y se debería consultar un poco con el transportista”, añade.

La prohibición de circular durante el día por ese punto de la N-I también afectará de forma distinta a quienes tengan que hacer reparto de paquetería durante el día, forzándoles a variar su ruta. Por ejemplo, un transporte entre Donostia y Beasain, en vez de ir directo por la N-I (45 kilómetros), tendría que rodear por la AP-8, tomar la AP-1 en Bergara y remontar por la A-636 hasta Beasain y conectar nuevamente con la N-I, casi el doble de kilómetros (85).