La lluvia ha ofrecido una tregua para que los hondarribiarras disfrutaran de la celebración de la Kutxa Entrega, el tradicional rito que simboliza el antiguo traspaso de poderes entre los dirigentes de la Cofradía de Mareantes de San Pedro. La protagonista fue Ilargi Emazabel Grajirena, encargada de portar la Kutxa, una responsabilidad que recae siempre en la hija de un arrantzale, en este caso en la del Abad Mayor de la Cofradía, Norberto Emazabel, quien en 2014 también vio como su otra hija, Intza, cumplía con esta tradición, mientras que en 2018 lo hizo su sobrina Itsaso. De hecho, Ilargi adelantaba hace unos días que junto a su hermana y su prima vivió días muy especiales, pero que colocarse la kutxa a una misma “impacta muchísimo” y constituye “un gran honor”.
Así, un año más, a las 18.00 horas ha comenzado a sonar en la Hermandad de Pescadores el Okendori, obra compuesta por Ramón Roig en 1898 por el buque Oquendo e interpretada por la Banda de Música Ciudad de Hondarribia. Los músicos han abierto la comitiva que ha partido en su recorrido hacia la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano. Tras ellos han desfilado los arrantzales más jóvenes, portando los remos, y después Ilargi Emazabel, que sujetaba sobre su cabeza la kutxa en la que se guardan los libros de cuentas y actas de la Cofradía, así como varias reliquias. Cerca de 20 kilos sobre su testa. A continuación han desfilado el Abad Mayor, Norberto Emazabel, junto a los cofrades de la entidad y representantes políticos, como la diputada general, Eider Mendoza; la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia; y el alcalde, Igor Enparan.
Una vez en la iglesia se ha procedido, como es habitual, a la lectura del acta que recoge los resultados de la pesca del ejercicio. También se ha dado cuenta de la reelección de Norberto Emazabel como Abad Mayor de la Cofradía.
La comitiva ha emprendido a continuación el camino de vuelta hacia la calle San Pedro, esta vez al son de Bajo la Doble Águila, del compositor austriaco Josef Franz Wagner. Precisamente ha sido el regreso al arco de la Hermandad uno de los momentos más esperados por la portadora de la Kutxa, no solo porque su familia y amigos estaban aguardando en el mismo, sino porque era entonces cuando debía cumplir con uno de los rituales tradicionales: el de girar sobre sí misma tantas veces como le resulte posible, ya que, según el rito, cuantas más vueltas dé, mejores serán las capturas de los arrantzales ese año. Arropada por los suyos, Emazabel ha girado 54 veces, ya que esta sería la edad que tendría actualmente su tío Antton, fallecido en 2018 en un accidente en el barco. Un bonito homenaje que ha conmovido no solo a la joven, sino también a los familiares que se encontraban junto a ella.
Cantineras del Alarde tradicional
Además de para los arrantzales y para Emazabel, que declararía después sentirse muy emocionada, la de esta tarde ha sido una jornada especial para varias jóvenes del municipio que fueron elegidas cantineras de distintas compañías del Alarde, como suele ocurrir cada Día de Santiago: Naiara Nicolás Sagarzazu (Arkoll), Nerea Sandoval Emazabel (Ama Guadalupekoa), Haizea Kanpandegi Iñarra (Kofradia), Maialen Emparan Serrano (Beti Gazte), Nerea Ramírez Chaparro (Gora Arrantzale Gazteak), Mayi Goikoetxea Olazabal (Semisarga), Lide Unanue Guezala (Olearso), Ana Aguirre Urtizberea (Ama Guadalupekoa), Elena González Alcain (Gora Gazteak) y Mireia Vitoria Arrieta (Akartegi).
Además de ellas, en los últimos días han sido nombradas Janire Ugarte Ugarte (Tamborrada), Eider González Salaberria (Herria), Iraide Arroyo Tumas (Montaña), Irati Fiz Garmendia (Mendelu), Eider Susperregi Eizmendi (Jaitzubia) y Jara Martínez Peinó (Caballería). Con todo, el de Santiago ha vuelto a ser un día muy especial en Hondarribia.
