A pesar de ser hija de Norberto, el Abad Mayor de la Cofradía de Mareantes de Done Pedro, Ilargi Emazabel Grajirena asegura que “no esperaba para nada” la llamada que su aita le hizo anunciándole que este año recaería en ella la responsabilidad de portar la Kutxa el día de Santiago. Pero recuerda que, a pesar de la incredulidad, recibió la noticia con “muchísima ilusión”, un sentimiento que le ha acompañado desde San Pedro (día en el que se hace pública la decisión) hasta hoy.

También los nervios han tenido su protagonismo en las últimas semanas, pero, echando la vista hacia atrás, cuenta que el mes de julio ha sido “muy bonito” y que se ha sentido muy arropada por la familia. “Están todos como locos, súper contentos y orgullosos”, dice, y añade que “para mí también es un orgullo llevar la Kutxa”. Y es que el de Santiago constituye un día “muy especial” para los Emazabel, que cada año pasan juntos esta jornada. Además, tanto la hermana de Ilargi, Intza, como su prima Itsaso han sido portadoras de la Kutxa en 2014 y 2018, respectivamente.

En cuanto a los preparativos, Ilargi explica que comenzó a ensayar el pasado 4 de julio y que desde entonces lo ha hecho cada semana, todos los días de lunes a viernes. Recordando la primera vez que colocó la Kutxa sobre su cabeza, confiesa que le resultó impactante: “Me impresionó mucho. Llevo toda la vida viéndolo y lo he vivido con mi hermana y con mi prima, pero ponértela tú impresiona mucho. Sentí también mucha ilusión y orgullo”.

No hay que olvidar, además, el peso de este cofre, en el que el martes la joven portará los libros de las cuentas anuales de la Cofradía, que vacío pesa alrededor de 11 kilos y el día de Santiago puede alcanzar los 17. Por eso, durante los ensayos Ilargi ha ido aumentando paulatinamente el peso de la Kutxa, hasta llegar a los 19.

Cuando quedan pocas horas para que comience el día de Santiago, la hija del Abad Mayor relata que, aunque por el momento está tranquila, el martes “habrá nervios”. Sobre todo, asegura riendo, “cuando vea al aita”. Además, confiesa que hay dos instantes que espera con especial ilusión. Uno de ellos es cuando el bombo de la banda anuncia con un toque el inicio del desfile. “Desde pequeña ha sido un momento que he vivido con nerviosismo, como con un nudo en el estómago, así que este año lo será todavía más”.

El segundo se refiere a la llegada al arco de la Hermandad, donde su familia estará aguardando para verle dar las vueltas que indican lo fructífera que será la pesca ese año.

Preguntada acerca de ello, la joven explica que ”hay chicas que dan un número concreto de vueltas por algún motivo especial”. También a ella le ronda alguna cifra en la cabeza, pero no quiere adelantar acontecimientos, “por si luego no llego” y porque, en realidad, en ese momento “quiero hacer lo que me salga”.

Lo que sí tiene claro es que su principal objetivo para Santiago es “disfrutar muchísimo”, tal como le han indicado su hermana y su prima, ya que será un día que “seguro que no olvidaré nunca”.