La Comisión Europea y Europa Nostra han reconocido la rehabilitación del Puente de Deba como "un magnífico ejemplo de ingeniería civil", por lo que han elegido oeste proyecto para ser uno de los ganadores de los Premios Europeos Patrimonio/Premios Europa Nostra 2023, el máximo honor de Europa en el campo del Patromonio. Los agraciados, que recibirán un premio monetario de 10.000 euros, serán homenajeados en la Ceremonia de los Premios Europeos de Patrimonio el 28 de septiembre en el Palazzo del Cinema en Venecia. En total, han sido distinguidos en esta edición 30 proyectos de 21 países.

Según ha informado la Diputación de Gipuzkoa en un comunicado, los organizadores han reconocido “la extraordinaria rehabilitación de este puente de piedra del siglo XIX, un magnífico ejemplo de ingeniería civil, requirió una extensa investigación histórica sobre materiales y técnicas olvidadas y se benefició de una cooperación técnica interdisciplinar”.

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La reconstrucción del puente de Deba, en fotos Jabi Leon

Más de 150 años de historia

Los peregrinos del Camino de Santiago y los vecinos de la zona estaban obligados a superar el río Deba bien en un paso de barca o remontando carretera arriba hasta Sasiola hasta que, en 1866, Antonio Cortázar unió las orillas de Mutriku y Deba con esta estructura de piedra caliza, procedente de la cantera de Lastur, soportada sobre madera, seguramente de roble, para la cimentación.

Sin embargo, en la madrugada del 5 de julio de 2018 un fuerte ruido que alertó a muchos vecinos, presagió lo que estaba a punto de ocurrir: las piedras comenzaron a deslizarse unas sobre otras y el puente quedó al borde del colapso.

Inmediatamente fue cerrado al tráfico y la Diputación de Gipuzkoa asumió su rehabilitación, asegurando el paso de los vecinos y garantizando la conservación del patrimonio.

"En una primera fase de emergencia, se instaló una estructura que cumplía una doble función: sujetar el puente para evitar el colapso, y garantizar el uso peatonal. Los medios auxiliares, de suma importancia en este proyecto, fueron adaptados y diseñados expresamente para la rehabilitación de este puente. Una vez asegurada la estabilidad, se comenzó a trabajar en el proyecto de la rehabilitación, labor que requirió estudiar las técnicas olvidadas de la construcción de puentes del siglo XIX. Finalmente se optó por desmontar las bóvedas enumerando previamente cada sillar, recuperar la pila central y volver a reconstruir las dos bóvedas. Una obra minuciosa que ha permitido volver a unir las localidades de Deba y Mutriku", ha recordado la institución foral.

El ingeniero Javier León, de la agrupación Fhecor-Injelan, fue el encargado de la dirección de obra, ejecutada por Moyua y Harri.