El nuevo obispo de Donostia, Fernando Prado, tomará posesión este sábado, a las 11.00 horas en el Buen Pastor, en una misa cuyo principal celebrante será el cardenal claretiano Aquilino Bocos.

Prado, que fue designado por el papa Francisco el pasado 31 de octubre, escogerá como lema episcopal In corde Matris (en el corazón de Madre), porque, según ha defendido, "la Iglesia tiene que ser siempre una madre con sus hijos, y nadie te puede querer más que una madre".

En el escudo, figurará, entre otros, el puente colgante de Bizkaia, una imagen de gran simbología para este bilbaino de 53 años que cuya misión principal en la diócesis de Donostia será la de "tender puentes".

Licenciado en Periodismo en 1993 por la UPV/EHU y en Estudios Eclesiásticos en 1998 por la Universidad de Salamancanació en Bilbao, es euskaldun y está muy ligado a Donostia, donde fue nombrado sacerdote hace más de dos décadas. Pasó dos años en la parroquia de Mariaren Bihotza (2000-2002), en el barrio donostiarra de Gros, estuvo muy vinculado con la pastoral juvenil. Actualmente era el director de la editorial Publicaciones Claretianas. En su presentación, reconoció que volver a Donostia supone para él “regresar” a su “primer amor”: “En esta diócesis fui ordenado y di mis primeros pasos sacerdotales hace ya más de 20 años. El Señor ha querido que vuelva al amor primero, al lugar donde comencé mi ministerio como joven misionero claretiano”

El nuevo obispo dice sentirse “muy limitado y pequeño” ante esta responsabilidad, confía en la “ayuda y colaboración comprometida” de la diócesis para afrontar este reto. Además, se muestra conciliador y de talante abierto: “Toda ayuda y contrastes serán bienvenidos. Necesito a la gente y disfruto de los encuentros personales. Confío en vosotros, en vuestra oración, así como en vuestra ayuda y colaboración comprometida”.