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Una carrera que ha puesto a Zegama en el mapa

Más de 500 voluntarios se implican en la Zegama-Aizkorri, una prueba de talla mundial "que todo corredor quiere disputar" y que a su vez es un reclamo turístico para la comarca de goierri

Una carrera que ha puesto a Zegama en el mapaN.G.

En 2002, el Ayuntamiento de Zegama se planteó organizar una carrera de montañacarrera de montaña "con la intención de poner Zegama en el escaparate y dar a conocer el municipio". Entonces, apenas había unas pocas carreras de montaña desperdigadas por el Estado. "Para que hubiera participantes, llamamos a los que corrían en asfalto y les dijimos si querían correr en montaña", recuerda al alcalde del municipio, Joseba Izagirre. "Entonces empezó a despuntar esto del trail. Había una carrera en Bizkaia, alguna en Catalunya y tampoco muchas por Europa", añade Alberto Aierbe, director técnico de esta prueba que nació hace dos décadas y que ahora es una de las grandes citas de montaña no solo de Euskadi, sino de todo el mundo. Está incluida en el prestigioso circuito Golden Trail World Series, organizado por la marca Salomon, atrae a muchísimo público, los mejores corredores quieren venir y ha supuesto el mejor reclamo turístico posible para esta zona del interior de Gipuzkoa. Así que el objetivo marcado hace 20 años se ha cumplido con creces.

Pero, ¿cómo ha conseguido una carrera que surgió de la nada, organizada de forma amateur y ubicada en un pueblo de apenas 1.500 habitantes una notoriedad semejante? "Hay más de un factor. La organización tiene que ser buena. Y eso lo conseguimos con mucho esfuerzo. También hace falta un apoyo desde el punto de vista mediático, y ahí le ha dado mucha fama Kilian Jornet -el mejor corredor del mundo es un enamorado de la Zegama, que ha ganado en nueve ocasiones-. Los mejores quieren venir y eso ha hecho que a escala internacional haya aumentado su prestigio. También el paisaje es muy bonito, pero eso lo tienen muchas otras carreras", señala Aierbe, guarda forestal jubilado hace dos años. "La diferencia respecto a otras carreras es básicamente la afición. Es brutal el ambiente que hay. Es lo que alucina a todos los corredores internacionales. A la subida de Sancti Spiritu (donde más aficionados se aglutinan) la llaman el Tourmalet de las carreras de montaña. No es normal ese pasillo humano que se forma. En otros lugares no se vive eso".

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La de Alberto Aierbe no es una opinión fruto de su implicación en la carrera. Es compartida de forma unánime por todo el mundo relacionado con las pruebas de montaña. Así lo confirma Biel Rafols, que trabaja en marketing de Salomon España y que tiene una amplia experiencia internacional en carreras de montaña de elite. "Lo que diferencia a la Zegama-Aizkorri de otras es el ambiente", dice Rafols, al que se puede ver en las pruebas, cámara en mano, tratando de captar las mejores imágenes de los atletas.

La fama de esta carrera guipuzcoana se ha extendido por todo el planeta trail. "Los atletas oyen hablar de la Zegama y quieren venir a vivir el ambiente, el ruido. Todo corredor de trail sueña con competir en la ultra del Mont Blanc, pero también con hacerlo en la Zegama-Aizkorri. Es así. Si no, no lo diría", asegura Rafols. Un ejemplo: este domingo tomará por primera vez la salida Courtney Dauwalter, absoluto mito en Estados Unidos en las largas distancias y que viene a Zegama "a vivir la experiencia". 42 kilómetros son pocos para ella y probablemente no estará en la lucha por los primeros puestos, así que viene "a conocer la carrera", señala este representante de Salomon.

Un "lío" logístico

Es "imposible" calcular cuántos aficionados se dan cita a lo largo de los 42 kilómetros de la carrera, buena parte de ellos concentrados en la ya mítica subida de Sancti Spiritu. Teniendo en cuenta el tamaño de Zegama, uno de los grandes retos de la organización es gestionar el volumen de aficionados y vehículos durante el fin de semana. "La logística de aparcamientos y coches es un lío monumental", reconoce Alberto Aierbe: "Hay un plan hecho con la Ertzaintza. Hay habilitadas zonas de aparcamiento, una exclusiva para autocaravanas, por ejemplo, y la circulación es de dirección única. Se entra por un lado y se sale por otro. Ponemos autobuses lanzadera hasta el Apeadero de Zegama (de ahí a Sancti Spiritu son seis kilómetros a pie). En 2019 los coches aparcados llegaron hasta el polígono industrial Guardi, entre Idiazabal y Segura, que está a seis kilómetros y pico de Zegama. Aranzazu también está colapsado", explica el guarda forestal.

Encontrar alojamiento en Zegama, donde habrá sitio "para 30 o 40 personas", lógicamente, es inviable, así que el eco de la prueba llega a más localidades, según comenta el alcalde, Joseba Izagirre: "La afición que viene de fuera se aloja por Bergara, Antzuola un montón de sitios. Algún año me ha comentado gente que había hecho noche hasta en Irurtzun, que está a casi 50 kilómetros. Hasta Donostia y así no llega, pero a todo el interior de Gipuzkoa sí".

La gestión del público y los vehículos es solo una parte de la organización de la Zegama-Aizkorri, que no deja de ser amateur aunque los resultados son profesionales. "Surgió como una iniciativa del pueblo por parte del Ayuntamiento y del club de montaña Amezti. Es la carrera del pueblo, no hay nadie organizando con ánimo lucrativo y esa es una de las claves. Aquí todos somos voluntarios y no cobramos nada", señala el alcalde. "Eso es básico", afirma Aierbe: "No vivimos de esto y es algo que se palpa. Lo hacemos porque queremos hacerlo. Siempre que viene alguna organización privada aquí, piensa que esto lo lleva una empresa profesional, pero no es así. Con eso conseguimos mantener la personalidad y el alma de la carrera. El corredor es feliz y se siente como en familia. Hay carreras muy mediáticas como el Mont Blanc, por ejemplo, que son un negocio, y son lo contrario a nosotros".

Añade Biel Rafols que Salomon trabaja tanto "con carreras en las que hay una empresa organizadora detrás como con carreras que organizan voluntarios y funcionan bien", aunque considera que "es algo diferencial que la gente se implique y sienta la prueba como suya". Salomon "apoya" desde su ámbito: "Es importante que esté en las Golden Trail World Series, porque es un reconocimiento, pero funcionaría igual de bien si no estuviera dentro del circuito".

El límite de participantes es de 500 (han llegado a tener 12.000 preinscripciones) y el número de voluntarios que va a colaborar este año en la organización es de 545. Es decir, más de un voluntario por corredor, lo que da idea del trabajo que requiere una prueba así. El trabajo en la organización dura todo el año, aunque es más intenso en las últimas semanas: "Durante todo el año hay que hacer un mantenimiento del recorrido, que esté bien. Hay nevadas, se caen árboles, ramas Está marcado con círculos amarillos".

También hay que tener listos los avituallamientos. A la mayoría se puede llegar en vehículo, pero al de Aizkorri "no se puede acceder en todoterreno". El trabajo de llevar el agua, los productos de avituallamiento y los repetidores, por tanto, hay que hacerlo a pie, labor que llevaron a cabo entre 45 personas este pasado sábado. "Hacemos un porteo entre todos, llevamos lo que hay que llevar y lo dejamos ahí", comenta Aierbe, encargado de gestionar que todo vaya bien el día de la carrera: "Hay 20 grupos distintos en todo el recorrido y cada grupo tiene la responsabilidad de un tramo concreto. Ya tenemos experiencia, pero cada año hay novedades. En esta edición, por ejemplo, vamos a cuidar mucho el tema medioambiental. Habrá menos residuos de plástico. Todo esto hay que comentarlo a todos los voluntarios. Hacemos reuniones, así que las semanas previas son intensas". Además, el día después de la carrera hay preparado "un grupo de 20 personas que se dedicará a revisar todo el recorrido y recoger los residuos que pueda haber". En cualquier caso, Aierbe aprovecha para pedir a la afición que sea "respetuosa" con la montaña y que "recoja todo lo que lleve".

La implicación local es máxima: "El 80% de los voluntarios habitualmente serán de Zegama. Son 545 voluntarios, pero también ayudan las parejas, los hijos e hijas... Poca gente del pueblo no habrá ayudado alguna vez en esta carrera. Siempre hemos dado un servicio de calidad a los corredores y queremos mantenerlo", comenta el alcalde. "Estas últimas semanas son intensas y el fin de semana de la prueba es el que más trabajo nos da", añade. Pero merece la pena porque la Zegama-Aizkorri "es el acto más importante del año" para la localidad.