Tolosa - A Aritz Pereda le gusta tocar los materiales, trabajar las texturas y el ordenador es para él una herramienta más, pero no la única. Hace tres años, tras una larga trayectoria en una empresa de diseño gráfico tradicional, apostó por un proyecto muy personal.
Su trabajo demuestra que el diseño gráfico puede ser artesano...
-Es lo que hago desde hace tres años. Hoy en día todo es fugaz, las prisas nos invaden, y la artesanía y la aportación personal se están perdiendo. Como concepto, mi trabajo tiene un enfoque orgánico y físico de las soluciones gráficas.
¿Cuándo decidió dar un giro a su carrera profesional?
-Llevaba diez años trabajando en una empresa de Tolosa, donde se trabajaba el diseño gráfico por ordenador. Estaba saturado y me parecía que se estaba perdiendo mucho trabajo artesanal. Me interesaban los procesos más lentos y utilizar el ordenador como otra herramienta más. Utilizando el ordenador todo es perfecto, pero a mi parecer también hay belleza en la imperfección, aunque haya clientes a los que les cueste entenderlo.
¿Le costó mucho dejar un trabajo fijo?
-Sí, la decisión fue difícil; tenía un buen trabajo, pero había algo que no funcionaba. Me faltaba la chispa. Dejé el trabajo y me enteré de que Tolosaldea Garatzen ofrecía ayudas a nuevos emprendedores en los viveros de empresas y así es como empecé en Lehiberri. Estuve tres años y desde mayo de este año estoy en un local de la calle Samaniego de Tolosa, donde tengo más visibilidad y la gente puede conocer mejor mi trabajo.
¿Se considera diseñador gráfico, artesano, artista....?
-No me considero artista, sino un artesano gráfico. Yo no hago obras de arte, para mí esto es trabajo.
Utiliza, sobre todo, papel, ¿por qué le gusta tanto este material?
-Me parece un material muy noble, que ofrece muchas posibilidades, es maleable... Aun así, estoy abierto a utilizar otros materiales; por ejemplo, para el cartel del campeonato de Toloboley utilicé arena.
Defiende el ‘slow design’ o el diseño lento, ¿por qué?
-En definitiva, defiendo la artesanía. A veces los clientes se impacientan, pero yo siempre documento mi trabajo y les muestro, además del trabajo final, todos los pasos que me han llevado al resultado. Para mí eso tiene mucho valor: les entrego grabaciones y fotografías.
¿Trabaja por encargo?
-Sí, trabajo por encargo, pero también hago muchos trabajos por mi cuenta, porque no puedo estar parado, no puedo dejar de experimentar. Además, el proceso ensayo-error me viene muy bien para ponerme a prueba y explorar nuevas posibilidades.
¿Participa en concurso de carteles o similares?
-He solido presentarme, pero estoy un poco desengañado. Este tipo de concursos me producen dudas, porque al final las votaciones se realizan a través de las redes sociales y las personas que más amigos tienen consiguen tener más likes, lo cual no quiere decir, en absoluto, que sea el mejor trabajo.
¿Qué tipo de trabajos le han pedido últimamente?
-Este verano he hecho una serie de cuadros de algunos de los edificios emblemáticos de Tolosa utilizando el papel y el volumen; el ayuntamiento, el Zerkausia, la casa de cultura, el casino... Las subí a las redes sociales y a la gente les están gustando. Una mujer me ha pedido que le recreara la casa donde vive su padre como recuerdo, porque pronto la van a demoler.
¿Desde siempre le han gustado las manualidades?
-Sí, siempre he tenido mucha curiosidad y paciencia. Mi trabajo es mi pasión, porque desde que me levanto hasta que me acuesto estoy buscando inspiración y lo hago de forma inconsciente.
Su txoko guipuzcoano favorito. El Zerkausia de Tolosa me gusta mucho.
Un paisaje idílico. La sierra de Aralar, por ejemplo, las vistas de las Malloas.
Una fiesta o un evento. No me pierdo la Fiesta de la Babarruna de Tolosa que, además, suele coincidir con mi cumpleaños.
Un monte. Balerdi. Mi familia es de Betelu y he pasado muchas veces por esa zona.
Una playa. Itzurun de Zumaia. Hice un libro sobre el entorno y descubrí cosas muy interesantes.
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