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San Juan por todo lo alto

Los tolosarras pusieron ayer el broche final a los sanjuanes con el día grande de las fiestas patronales protagonizado por la procesión, el baile de los bordon-dantzaris y el desfile de los escopeteros.

San Juan por todo lo alto

Los tolosarras pusieron ayer el broche final a las fiestas patronales con el día grande. La festividad de San Juan lució en todo su esplendor en una jornada llena de color, participación y en la que Tolosa revive su pasado.

El día de San Juan es un día para vivirlo de principio a fin, con un sinfín de momentos y sensaciones que nada tienen que ver con el Carnaval, mucho más mediatizado y conocido en el exterior. Las calles de la villa amanecen engalanadas con ramas de fresno, cortadas de madrugada el mismo día por los miembros de Udaberri Dantza Taldea. Cada año hay más menciones y momentos a destacar. Desde el Alarde cada vez más multitudinario con las compañías de escopeteros, hasta los actos más tradicionales de la procesión y la Misa Mayor, pasando por el baile de los bordon-dantzaris, el desfile de la corporación ataviada con sus capas y su baile en el Triángulo o el aurresku del Zumardi Haundi. Y cómo no, el Zortziko de San Juan de Eduardo Mocoroa, que es la banda sonora del día.

Sin embargo, si algo es el día de San Juan de hoy en día es participativo. La imagen del mediodía con la plaza Euskal Herria atestada de escopeteros, músicos, gigantes y cabezudos, y público no deja lugar a dudas. Este año más de 1.600 personas han participado en el desfile en el papel de escopeteros o músicos. Y ya suman 16 compañías, con la última incorporación este año de la correspondiente a la sociedad Aiz Orratz-Veleta. Todas ellas son mixtas, donde mujeres y hombres viven de la misma manera la fiesta más destacada.

El día de ayer dejó muchos momentos para el recuerdo. Uno de ellos fue el que se vivió en la plaza Euskal Herria tras las salvas de los escopeteros. Rafa Gorrotxategi quiso tener un gesto de recuerdo hacia su padre, recientemente fallecido. El confitero tenía por costumbre entregar todos los años un ramo de rosas al alcalde o alcaldesa del momento para que lo guardara durante todo el año en el despacho de la alcaldía y quemarlo en la hoguera de la noche San Juan. Fue una costumbre que mantuvo durante años y sus descendientes no quieren que se pierda.

Pero hubo mucho más. Las compañías de escopeteros del Gure Txokoa y Amaroz vivieron su particular fiesta en su 25º aniversario, y la alcaldesa quiso conceder su aurresku en el Triángulo a la campeona de bike trial Irene Caminos. Con el intenso programa de ayer los sanjuanes se despidieron hasta el próximo año.