donostia - Cerca de 15.000 donostiarras -más mujeres que hombres- están asociados a los 23 hogares del jubilado repartidos por los barrios de la ciudad, unas sedes que muchos ciudadanos ni conocen pero que, para otros, ejercen casi como una segunda casa. El paulatino envejecimiento de la sociedad donostiarra, con un creciente número de ciudadanos de edad avanzada, ha hecho que el Ayuntamiento se fije en esta franja de edad, que exige servicios apropiados para ella, así como una adecuación de los existentes a las personas en edad madura.

De hecho, Donostia ha superado recientemente por primera vez los 187.000 habitantes y casi un cuarto de la población (el 23,94%) tiene más de 65 años. Los 15.000 inscritos en los hogares del jubilado son menos, pero suponen el 8% de los ciudadanos.

Con el fin de prestar una atención más adecuada a este sector, hace unos años se creó el programa municipal Lagunkoia, que pretende conseguir una ciudad amigable con las personas mayores. Uno de los ejes de la iniciativa es que los hogares del jubilado se transformen en espacios cómodos, con buena accesibilidad para las personas con problemas de movilidad, y para ello las obras se están repitiendo aquí y allá.

El pasado mes de febrero, quedó inaugurado el renovado hogar del barrio de Santa Bárbara, en Altza, que cuenta con 420 socios. Tras adquirir un almacén anejo, el Consistorio reformó ambos locales para convertirlos en una única sede accesible, con un gasto algo superior al medio millón de euros.

Una operación similar se llevó hace cabo hace tres años en el hogar de Intxaurrondo Zaharra, Aitonen Etxea, donde la accesibilidad fue resuelta gracias también a la compra de otro local añadido. Asimismo, se ha reformado en los últimos tiempos el hogar Egiatarra de Duque de Mandas, que tiene más de 470 socios y un baile los domingos al que acuden numerosas personas. De hecho, durante los trabajos de reforma, esta cita semanal tuvo que trasladarse a las instalaciones de Tabakalera ya que se excluyó su suspensión.

Entre los planes municipales está ahora la reforma del hogar Gure Bizitza, de Amara, con más de 2.300 socios, así como trasladar a un espacio mejor el denominado Zabaltza, de Gros, que actualmente está en un lugar con problemas de accesibilidad, en un pasadizo entre las calles Zabaleta y San Francisco.

Por otra parte, el Consistorio prevé mejorar el acceso al hogar Erdialde, de la calle Idiakez, que es el mayor de la ciudad y de toda Gipuzkoa, con casi 4.500 socios. Esta sede tiene tres plantas y un acceso con escaleras, que debe ser solucionado. Para ello, el Consistorio prevé llevar a cabo una reforma gracias a un local contiguo, de 55 metros cuadrados, que es propiedad de la Tesorería General de la Seguridad Social, igual que el resto del edificio.

presupuesto 2019 También está contemplado ejecutar mejoras en los hogares Guardaplata y Aterpea, de Bidebieta, entre otras sedes de mayores. En este sentido, el presupuesto aprobado para este año por el Consistorio donostiarra prevé la renovación de distintas sedes de mayores de la ciudad, para lo que se ha dispuesto un presupuesto de 1,2 millones de euros. Las arcas municipales también tienen previsto comprar un local para crear un nuevo centro de jubilados en Intxaurrondo Sur.

Por otra parte, la administración local ha sacado recientemente a concurso el servicio de apoyo técnico a las asociaciones de mayores, con el fin de ayudarles en la autoorganización y el correcto funcionamiento de los centros. Este servicio, que ha sido bautizado como de “amigabilidad”, ya es utilizado por 20 de los 23 hogares del jubilado. El Jatorra, de la calle Larramendi, en el que se mejorará próximamente el acceso, no lo utilizaba, pero ha solicitado hacerlo de aquí en adelante. Tampoco hacen uso de él la asociación Donostialdea, de Amara 19, ni Uliatarra, de Ategorrieta, pero sí el resto de entidades de mayores de la ciudad.

Este servicio municipal, que tiene un coste anual cercano a los 80.000 euros, sirve para ayudar en la gestión económica de las sedes de mayores y jubilados, así como para el mantenimiento físico de las instalaciones y el equipamiento.