arrasate - El Paseo Arrasate, concretamente el tramo comprendido entre las rotondas de Udala y Gipuzkoako Foruen Plaza, se sumará a los puntos con control de velocidad por radar. Con la instalación de este nuevo dispositivo se pretende poner freno a los despistados conductores que se saltan las señales que impiden circular a más de 30 kilómetros hora en este concurrido trayecto de la red viaria local.
El del Paseo Arrasate será, por tanto, el cuarto radar que sancionará los excesos de velocidad en el municipio, junto a los que alternan su funcionamiento en las avenidas Garibai, Araba y Uribarri (este último un poco más arriba del cruce del Polo Garaia).
Las quejas de vecinos presentadas en el BAZ, así como las trasladadas a los responsables municipales a pie de calle, han llevado al Ayuntamiento a considerar la adopción de medidas para vigilar la velocidad en esta zona 30 del Paseo Arrasate, que en 2015 estrenó una imagen renovada con una urbanización más amable para el peatón. La decisión de colocar un radar en este punto tuvo su detonante en los dos atropellos registrados en la citada calle a primeros de año, según explican desde el Consistorio.
Así que con el objetivo de “reducir la velocidad” de los vehículos en este tramo urbano y mejorar la seguridad de los viandantes, el radar del Paseo Arrasate tendrá el mismo funcionamiento que los que están operativos en Garibai, Araba Etorbidea y Uribarri. El cinemómetro que arrienda el Ayuntamiento arrasatearra -los presupuestos de 2019 reservan a su alquiler 72.600 euros-, va rotando de forma aleatoria en las cabinas acondicionadas al efecto. La incertidumbre de saber si el dispositivo está activo constituye una buena arma de disuasión contra el exceso de velocidad.
en marcha en el “plazo de un mes” El radar del Paseo Arrasate se ubicará del lado del bidegorri, a mitad de camino del espacio que ocupa el centro escolar Arimazubi-Arizmendi ikastola. La adquisición de la caja metálica que albergará el temido cinemómetro está en marcha, al igual que la obra civil para adecuar el cableado del sistema de control. Una vez culminados estos trabajos, se activará el dispositivo, previsiblemente en el plazo “de un mes”.
Este nuevo radar, a imagen de sus antecesores, destinará a diferentes proyectos sociales el dinero recolectado de las sanciones por sobrepasar el límite de velocidad -las multas oscilan entre 100 euros y 600 y la pérdida de seis puntos del permiso de conducir-. No en vano, las últimas recaudaciones se han asignado a Cruz Roja y DYA (en diciembre se hizo entrega de 12.500 euros a cada organización). “Pacificar el tráfico rodado” y contribuir “a la reducción de la siniestralidad vial” son los propósitos que se persiguen con la implantación de este sistema de control de la velocidad.