La obra de La Concha, pendiente de la barandilla
La quiebra de la fundición asturiana que la fabricaba pone en riesgo el plazo de los trabajos
donostia - La quiebra de la empresa asturiana Fundiciones Infiesta, que ejecutó la barandilla de La Concha colocada en la última fase de renovación del paseo, ha puesto en riesgo los plazos que manejaba el Ayuntamiento para llevar a cabo el siguiente ciclo de obra, prevista entre la Caseta Real y el túnel de Ondarreta.
El alcalde, Eneko Goia, confirmó ayer la preocupación existente dentro del Ayuntamiento ante la necesidad de buscar una fábrica que sea capaz de servir los más de 600 metros de barandilla necesarios para la obra prevista. La empresa Obegisa, que ha resultado adjudicataria provisional del concurso de reforma del último tramo del paseo, ya ha advertido de que no será fácil cumplir los plazos estipulados a causa del contratiempo surgido.
“Me consta que los responsables están buscando alternativas pero tampoco hay tantas empresas especializadas para llevar a cabo la fabricación de todos los tramos”, señaló el mandatario donostiarra.
La emblemática verja de estilo modernista, diseñada por Juan Rafael Alday en 1910, comenzó a ser sustituida en 2016, tras largos años de proyectos e intentos, retrasados por distintas cuestiones, crisis económica incluida. El último tramo del paseo, además, está en muy malas condiciones y protegido por una valla suplementaria para evitar riesgos. La obra prevé también el ensanchamiento del paseo en uno o dos metros.