La barandilla se queda sin fabricante
La fundición asturiana que ha ejecutado los tramos de la emblemática valla en los últimos tiempos ha entrado en proceso de liquidación.
La barandilla de La Concha puede quedarse sin la empresa que ha fabricado los tramos necesarios para su renovación en las últimas ocasiones. Desde el año 2004, la firma de Gijón Fundiciones Infiesta, fundada en 1891, ha elaborado fragmentos de la barandilla donostiarra diseñada por Juan Rafael Alday en 1910. Sin embargo, a finales del pasado año, la firma asturiana entró en un proceso de liquidación, por lo que en el Ayuntamiento de Donostia desconocen si esta fundición podrá servir los necesarios fragmentos para la obra de reparación y reforma del muro de costa entre la Caseta Real y el túnel de Ondarreta.
Esta actuación incluye una reforma total del último tramo del paseo de La Concha, con el ensanchamiento de la zona peatonal añadiéndole, gracias a un voladizo, entre uno y dos metros, y la sustitución de la barandilla correspondiente a estos 670 metros, la única del paseo que queda sin renovar.
Coincidiendo con el centenario de la colocación del emblemático barandado de la bahía de La Concha, en 2016, el Ayuntamiento dio comienzo a la sustitución del enrejado de estilo modernista, ya que su deterioro había hecho mella tanto en sus partes metálicas como en las de piedra. La primera fase de esta sustitución afectó a la zona comprendida entre el Náutico y la primera rampa de La Concha, tras retrasarse varios ejercicios con motivo de la crisis. La segunda, entre la primera rampa y La Perla, con la zona de los relojes incluida, comenzó en 2017 y finalizó el pasado verano. Ahora queda la última por acometer.
La empresa Obegisa se encargó de la segunda fase de esta actuación y contrató entonces a la fundación asturiana Infiesta para la elaboración del enrejado. Ahora, tras el concurso público convocado por el Ayuntamiento para la reforma de la última parte del paseo, esta misma empresa ha obtenido la mejor puntuación en la licitación, por lo que ha resultado adjudicataria provisional de la obra con un presupuesto de 1,48 millones de euros para la primera fase de la actuación proyectada.
Obegisa, según los informes de la mesa de contratación del Ayuntamiento, explica en su oferta “la problemática de la fabricación de la barandilla, tanto en cuanto a la definición del molde que falta por fabricar, como de la entrega, traslado y manipulación, así como de los plazos de fabricación”. Esta ejecución, así como la finalización del colector en esta zona de La Concha son los hitos considerados especialmente delicados por la constructora.
A finales del pasado año, la empresa Fundiciones Infiesta seguía trabajando con normalidad, a pesar de sus problemas financieros, y se mostraba esperanzada en el interés demostrado por dos empresas del sector. Entonces, el administrador concursal, Álvaro López Castro, manifestó que la empresa contaba con varias decenas de pedidos y estaba a la espera del que, probablemente, llegaría desde Donostia para el último tramo de barandilla.
Preocupación
Otras empresas
No obstante, en los despachos municipales hay cierta preocupación por la situación, aunque también recalcan que, en caso de que la fundición gijonesa no pudiera hacer frente al trabajo, existen otras empresas capaces de elaborar la tradicional barandilla de La Concha. Por ejemplo, citaron la fundición de Errenteria Mendia y Murua, que es una de las que se han ocupado de elaborar esta particular verja a lo largo de los años y que sigue fabricando tramos de barandilla, principalmente para particulares que desean tener un motivo donostiarra, bien como recuerdo de su ciudad, bien como motivo decorativo para bares o comercios.
En los últimos tiempos, el tramo de barandilla que debe ser sustituido ha sido escenario de dos accidentes, que afectaron a su estabilidad. El pasado noviembre, una furgoneta se empotró contra la valla histórica, tras lo que tuvo que ser protegida con un barandado. Un año antes, un turismo de matrícula francesa también volcó en el mismo punto.
La barandilla de La Concha quedó inaugurada en 1916. La nueva verja costó 5.700 pesetas y sustituyó a la barandilla anterior, que aún puede contemplarse en el paseo de Francia, donde se recolocó tras retirarse de la bahía.
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