Convencidos de que el ostatu es el corazón del pueblo, su punto de encuentro y “segunda casa” los goiaztarras se han puesto en pie para participar activamente en la búsqueda de un hostelero que quiera hacerse cargo del bar, cerrado desde que el pasado septiembre se fuera su último adjudicatario. Un grupo de vecinos ha creado la asociación Goiatz Bizirik para promocionar el local municipal, atraer gente al entorno de la plaza y apoyar al nuevo hostelero. “En definitiva, queremos dar facilidades para que el bar pueda seguir abierto, porque cumple una gran función social”, explica Leire Retegi, en nombre de la asociación Goiatz Bizirik.
Cansados de ver cómo los últimos hosteleros no duraban mucho más de un año detrás de la barra del ostatu, los goiaztarras se han unido para buscar soluciones y salir de esa espiral. Saben que su problema es común a la mayoría de los pueblos de la comarca, que tienen periodos en los que el bar del pueblo se encuentra cerrado porque no hay nadie que se quiera hacer cargo de él. “Acudimos a Tolomendi, la agencia de desarrollo rural de Tolosaldea porque ha puesto en marcha una estrategia de apoyo a los gestores de ostatus con formación y otras medidas. En Orexa, por ejemplo, un pueblo con una población similar a la nuestra, han hecho una inversión muy grande que ha puesto al bar como eje de toda su estrategia municipal. Nosotros, como vecinos, vamos a hacer lo que está en nuestras manos”, explican los miembros de Goiatz Bizirik.
En primer lugar, la plataforma ha consensuado con el Ayuntamiento de Bidania-Goiatz en nuevo pliego de condiciones, con algunas particularidades. Han intentado flexibilizar el horario: el hostelero deberá abrir el fin de semana, pero además de respetar su día de descanso, durante la semana tendrá que abrir quince horas que podrá distribuirlas como quiera. “El objetivo es no quemar a la persona que se haga cargo del negocio y proponerle un planteamiento flexible. También pensamos que más que el perfil de hostelero, el nuevo adjudicatario debería ser un gestor”, sostiene la portavoz del grupo, Leire Retegi.
Por su parte, los vecinos movilizados se comprometen a atraer gente a la plaza donde se encuentra el ostatu, tanto del pueblo como de fuera, organizando eventos y actividades, y harán un esfuerzo por dar a conocer el bar a través de las redes sociales. Asimismo, se creará una mesa de seguimiento de la que formarán parte el Ayuntamiento, el hostelero y los miembros de Goiatz Bizirik para buscar soluciones, acordar y coordinar eventos para revitalizar el ostatu y el pueblo. “Se trata de no dejar solo al hostelero”, matizan.
El pueblo está triste sin su lugar de reunión
El pueblo se encuentra triste desde que sus vecinos no pueden tomarse un café o charlar en el bar. “Los fines de semana y cuando la gente sale de misa no hay dónde ir”, se quejan los goiaztarras, a los que no les queda otro remedio que caminar para llegar a Bidania, donde allí el bar sí está abierto.
A través de dípticos están dando a conocer su bar y atraer a posibles hosteleros. Es un local peculiar, ya que su entrada principal está en el propio frontón cubierto, lo cual es un espacio idóneo para reunirse o para que los niños puedan jugar. “Nosotros tenemos muchas ideas y propuestas de lo que se puede hacer para mantener vivo el bar, pero no nos queremos entrometer en la gestión del hostelero. Si quiere nuestras aportaciones, las tendrá”, explica Retegi.
Las cláusulas administrativas para explotar el ostatu están en la web bidania-goiatz.eus y el plazo de presentación de propuestas expira el próximo 3 de febrero.