donostia - El Ayuntamiento de Donostia emprenderá en la primera mitad del año las obras de bulevarización de la travesía de Loiola: descartada la opción de construir un parking subterráneo, la alternativa por la que apuesta el Consistorio es la creación de un aparcamiento en silo (en altura) junto a La Salle y la implantación de OTA en toda la zona para facilitar el aparcamiento a los residentes y evitar un posible efecto borde.

La obra cuenta con una partida de un millón de euros en los presupuestos aprobados por el Gobierno municipal para este año y fue una de las cuestiones que destacó ayer el alcalde, Eneko Goia, en el repaso que hizo a los proyectos que avanzarán o se materializarán este año. La bulevarización, que acumula bastantes retrasos, culminará la reurbanización de esta zona de Loiola tras la puesta en marcha de la nueva estación del Topo y la transformación de la zona ubicada bajo las vías.

En este caso, los retrasos se deben, principalmente, al parking subterráneo. Ya en la legislatura anterior se hicieron estudios de demanda entre los vecinos de la zona que concluyeron que no había suficientes loiolatarras interesados en comprar las alrededor de 100 plazas previstas. Sin embargo, tras un proceso de participación al inicio de esta legislatura, el actual Gobierno municipal decidió construir el aparcamiento para compensar la eliminación de aparcamientos en superficie derivada de la bulevarización. Un nuevo estudio de demanda ratificó que seguía sin haber suficientes interesados en adquirirlos y, finalmente, el Ayuntamiento modificó el proyecto para emprender la transformación de la superficie sin el parking. “No tiene sentido que el Ayuntamiento haga esa inversión si no va a haber compradores”, ratificó ayer Goia.

Sin embargo, conscientes de la necesidad de ofrecer alternativas a los loiolatarras, el Consistorio estudia, principalmente, la opción de crear el citado parking en silo o en altura junto al colegio de La Salle, “una opción bastante más competitiva”, y la implantación de la OTA con plazas reservadas a residentes.

El proyecto definitivo ha sufrido, además, otro cambio con respecto a la propuesta inicial, que preveía mantener un solo carril de circulación en cada sentido. Varios estudios de Dbus confirmaron que eso implicaría retrasos en la línea 26-Amara-Martutene que, además, está previsto que gane usuarios en los próximos años con la llegada de nuevos vecinos a Txomin. Por eso, finalmente, además de una vía en cada sentido, habrá un tercer carril (carril bus) en sentido a Martutene.

añorga También ha habido cambios en el proyecto de bulevarización de la segunda fase de Añorga, que se ha “readaptado a las posibilidades presupuestarias”, según explicó en su día el concejal de Urbanismo, Enrique Ramos, lo que ha implicado nuevos retrasos en esta intervención. Goia calculó ayer que los trabajos tanto en Loiola como en Añorga arrancarán finalmente a lo largo de la primera mitad del año. Un poco más adelante, hacia finales de 2019, según las previsiones del alcalde, podrían empezar las obras en Egia para derribar el viaducto de Iztueta y transformar esta zona entre Atotxa y Gros.

También en 2019 está previsto que avancen las obras en el interior de La Bretxa y que los puestos del mercado tradicional puedan empezar a trabajar ya instalados en la planta baja del edificio Pescadería hacia finales de año.

Asimismo, el alcalde recordó que a lo largo de 2019 arrancará la construcción del nuevo polideportivo de Altza, finalizada ya la excavación de la parcela, y que se completará la reforma de Anoeta.

movilidad Además de estas obras, en su comparecencia de ayer Eneko Goia quiso destacar que 2019 será también un año importante en lo que respecta a la movilidad en la ciudad. Tras los meses de pruebas del nuevo autobús articulado completamente eléctrico de Irizar y el construido por Vectis, a lo largo de este año Dbus prevé estudiar las opciones disponibles y decidir por qué modelo se apostará para avanzar en la electrificación de la línea 28. Entre otras cuestiones, deberá decidir si prefiere contar con autobuses de carga nocturna como los que circulan ahora o por los de cargas rápidas como el de Irizar, lo que requeriría la implantación de nuevos puntos de carga como el instalado en Miramon.

Superficie. La bulevarización implicará aceras más amplias y bidegorri y reducirá la calzada con dos carriles en dirección a Martutene (uno reservado a los buses) y otro en sentido a Riberas.

Aparcamiento. Descartado el parking subterráneo, se apuesta por un aparcamiento en dos alturas junto al colegio de La Salle. También se prevé implantar la OTA en la zona con espacios reservados para residentes para compensar las plazas que se eliminarán con la reurbanización.

Añorga. La bulevarización de la segunda fase arrancará en la primera mitad del año, tras “readaptar” el proyecto.

“El año 2018 ha sido fructífero y ha servido para poner los pilares de muchos proyectos que tomarán forma en 2019. Este año va a ser intenso en cuanto a resultados”.