El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha instado al cumplimiento de las leyes en relación a la marcha del Orgullo LGTBI, organizada el sábado en Budapest pese a la prohibición oficial, aunque ha descartado que las fuerzas de seguridad vayan a cargar contra los manifestantes, entre los que habrá representación oficial de otros países europeos como España.
"No se debe usar violencia física", ha indicado Orbán este viernes, en una entrevista radiofónica en la que ha cargado contra el Ayuntamiento de Budapest, liderado por un alcalde opositor, por mantener la ciudad en un estado de "caos" y "bancarrota".
Hungría es "un país civilizado"
El primer ministro húngaro ya había salido al paso el jueves en Bruselas de las críticas internacionales para señalar que Hungría es "un país civilizado en el que todo el mundo tiene el derecho a reunirse y a expresar su opinión", si bien también resaltó que, por encima de cualquier derecho, debe estar "el derecho a la protección de los niños".
El Gobierno húngaro ha promovido leyes que limitan la exhibición de contenidos LGTBI ante la infancia en aras de esta protección, lo que ha provocado el recelo de organizaciones de Derechos Humanos y también de la Comisión Europea, a la que Orbán no ha dudado en criticar en las últimas horas por posicionarse también en este tema.