Bergara - Alguien que asegura que disfruta mucho con lo que hace ya da suficientes pistas de la entrega y entusiasmo que le pone a su profesión. La elgoibartarra Ione Miren Igartua desembarcó en Bergara dispuesta a hacer realidad su sueño de abrir un negocio dedicado a la cosmética y perfumería. De aquello ya han pasado tres décadas, el tiempo que lleva al frente del establecimiento comercial situado en el número 35 de Barrenkale, donde ha sabido granjearse la fidelidad de la clientela, además de demostrar su disposición de responder a las nuevas exigencias del mercado.
Igaro Lurrindegia ha ingresado en el mapa de ‘joyas comerciales' del territorio tras recibir uno de los premios que anualmente concede la Cámara de Comercio de Gipuzkoa. ¿Qué ha supuesto esta distinción?
-Es un reconocimiento a 30 años de trabajo, a la lucha que mantenemos el pequeño comercio en tiempos difíciles; un chute para seguir adelante. Es un premio que también tengo que agradecer a la clientela que ha permitido que sigamos aquí (son los comerciantes de cada comarca los que eligen los 10 Bitxiak: las empresas destacadas de Gipuzkoa).
¿Cómo echó a andar la perfumería?
-Siempre me ha gustado todo lo relacionado con el cuidado de la piel. Trabajaba en Eibar pero vi en Bergara un mercado donde podía abrirme un hueco y me lancé. En noviembre ha hecho tres décadas de la apertura de la tienda. Empecé dedicándome, sobre todo, a los productos de cosmética y maquillaje y al año introduje la cabina de estética, a la vez que fui ampliando la oferta de complementos. En este trayecto por Igaro han pasado Ana Etxaniz y Marian Markiegi, y ahora trabaja conmigo Nerea Osa -esta última, en la fotografía ?(izquierda) junto a Igartua-. Todas hemos formado un buen equipo.
¿Qué perfumes son los más demandados? ¿Qué pueden llegar a decir sobre uno mismo?
-El perfume es algo muy personal. Yo intento saber qué estilo tiene cada persona, hay muchos matices a tener en cuenta. Primero les enseño una fragancia floral y otra cítrica, y a partir de ahí empezamos a ver qué opciones son las que más les gustan en el caso de las mujeres. El hombre es más sencillo y le gusta perfumarse; los amaderados son los aromas por excelencia, también con un poco de vetiver. Y sobre la persona puede decir si es sensual, le gusta el deporte, las cosas sencillas...
Igaro es también un centro de estética. ¿Cómo hay que cuidarse la piel?
-Nosotras hablamos de higiene desde un punto de vista estético. Conocemos las marcas con las que trabajamos, pero prestamos especial atención al diagnóstico de cada cliente. No se trata de que yo venda la crema más cara sino la que mejor le va a cada tipo de piel. Hay una frase que aprendí hace tiempo y siempre la repito: "Cosmética no se escribe con m de milagro sino con c de constancia".
¿Cuándo hay que comenzar a mimar la piel de la cara?
-Hay que darle la importancia que tiene, porque la piel es para toda la vida. Con 25 años hay que empezar a aplicarse una hidratante de la gama de agua, con 30 ya se introducen las cremas preventivas, y a partir de los 40 al cuidado hay que ir aportándole más cosas. Hay que ser constantes. Un kit básico, por ejemplo, es una limpiadora e hidratante de uso diario, y un suero cuando se llega a los 30, indistintamente para mujeres y hombres.
¿Se cuidan estos últimos?
-¿Los hombres? Cada vez más, sobre todo los jóvenes.
¿Qué tratamientos faciales y corporales están de moda?
-La cosmética coreana tiene gran aceptación. Hemos incorporado a nuestra oferta un tratamiento urbano para combatir las agresiones de la ciudad y del contacto directo con las tecnologías: móviles, ordenadores... La sesión, de 45 minutos, cuesta 39 euros. También ofrecemos tratamientos despigmentantes, de vitamina C, antiarrugas, para la reafirmación de la piel, anticelulíticos, entre otros, además de manicura, depilación y depilación láser, y reflexología.
A las puertas de la Navidad, ¿cómo se presenta la campaña?
-Los tiempos que corren no son tan fantásticos como antes. Desde hace un par de años impulsamos las tarjetas regalos para recibir tratamientos en la cabina estética, saliéndonos de productos más habituales como los complementos. Ofrecemos, asimismo, la opción de regalar cursillos de maquillaje personalizados. Nos reinventamos continuamente.
El pequeño comercio tiene que hacer frente a las amenazas de las grandes superficies y la venta online. Desde la asociación Bedelkar y la iniciativa Bergara Bizi se impulsan distintas actividades para dar mayor visibilidad a las tiendas. Hay que echar mano de las propias armas...
-Tenemos que pelear con la competencia de los centros comerciales, las cadenas e Internet. No podemos esconder el problema, pero hay que buscarle alternativas y seguir hacia adelante, valiéndonos del trato personalizado, con cercanía, preparación y asesoramiento. Las iniciativas que impulsa Bergara Bizi o Bedelkar constatan que estamos aquí, que el comercio bergarés está vivo.