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Iparragirre, su guitarra, sus canciones... y su esposa

El sábado hablarán sobre Angela Kerexeta, dentro de las Jornadas Europeas del Patrimonio

Iparragirre, su guitarra, sus canciones... y su esposa

urretxu - En las Jornadas Europeas del Patrimonio de este año se visibilizará el papel de la mujer en relación con la creación y transmisión de bienes culturales. Urretxu es una de las localidades que participa en este proyecto y ha decidido darle el lugar que se merece a Angela Kerexeta, la que fuera esposa de Joxe Mari Iparragirre. No en vano, el bardo de Urretxu ha pasado a la historia, pero de su esposa apenas se sabe nada. Para dar a conocer su figura han organizado una visita guiada por el casco histórico de Urretxu. La cita es el sábado, a las 11.30 horas, en la plaza Iparragirre.

La periodista Nerea Pikabea publicó un reportaje sobre Kerexeta en la revista Galtzaundi de Tolosa. Kerexeta nació en Alegi en 1838. Conoció a Iparragirre cuando ella tenía unos 17 años y el bardo cerca de 35. Ella trabajaba en un ostatu de Tolosa, donde Iparragirre andaba cantando en aquella época. Era una joven pequeña pero de gran belleza y el bardo no perdió ocasión de cortejarla con su guitarra.

Kerejeta se enamoró enseguida, tal y como contó al director de la revista La Vasconia de Buenos Aires, tras la muerte de Iparragirre. “De él todo me gustaba, de pies a la cabeza. Porque, hermoso hombre ya era. Barba linda también. Corazón bueno tenía aquel. Y hablar en vasco como nadie. Mis padres no querían dejarme casar con él, pero yo escamotada estaba, y... ya sabe usted... las mujeres en enamorando... el corazón terco es...”.

Iparragirre se fue a cantar a otros pueblos y, en una de esas, le escribió una carta a Kerexeta. En la misma le invitaba a verse en fiestas de Donostia. La joven acudió a la cita y allí el urretxuarra le propuso casarse en Argentina: los curas vascos no se fiaban de alguien que había estado muchos años fuera del país y le pedían muchos papeles. “No conocían a Joxe Mari. ¿Casarse aquel con una que no fuera vasca? Antes mutilzarra toda la vida. Rabia me hizo dar la desconfianza y entonces yo le dije que a la fin del mundo también le acompañaría”.

Desoyendo a los curas y a sus padres, se marchó a Argentina con el bardo. Tenía 20 años. Se casaron en 1859. Tuvieron nueve hijos y siempre vivieron en la miseria: Iparragirre era tan hábil como cantautor como desastroso en los negocios. Cuando trabajaba de pastor, se le escapabana las ovejas. “¿Pero no ves, Joxe Mari, que faltan quince?”, le preguntó ella en cierta ocasión. “Déjalas, Angelita, que ya volverán mañana. Y si no vuelven, es porque estarán mejor en otra parte. Ellas también aman la libertad y yo quiero que hasta las ovejas tengan fueros”.

Después fueron a Uruguay, donde regentaron el negocio Café del Guernica: Iparragirre no quería cobrar a sus amigos y el negocio se fue al garete. Por si fuera poco, en 1877, tras la Segunda Guerra Carlista, decidió volver a Euskal Herria a defender los fueros. Abandonó a su mujer con ocho hijos y no volvieron a verse.

Iparragirre falleció en 1881 y Kerexeta se casó con Domingo Elutchanz y tuvo otros dos hijos. En 1890 se quedó viuda de nuevo. Falleció en 1920 en Uruguay, con 82 años.