alkiza - Alkiza les atrapó desde el primer momento y aunque reconocen que el camino ha sido muy duro, Xabier Urruzola y Garazi del Rey están consiguiendo afianzar su marca de txakoli Inazio Urruzola y acaban de inaugurar un moderno restaurante al abrigo de su caserío, que data del siglo XIV.

¿Por qué se han lanzado a abrir un restaurante en Inazio Urruzola Txakolindegia?

-Garazi del Rey: Nos metimos en el mundo del txakoli en 2008, plantamos en 2009, la primera botella salió en 2011 y creamos el txakolindegi en 2013. Recuerdo bien las fechas, porque el camino no ha sido fácil. Hace tres años empezamos a realizar visitas guiadas y comidas en el caserío, porque así nos lo pedían los clientes, pero vimos que había que acondicionar un espacio para ofrecer un buen servicio al cliente.

El objetivo es que el txakoli sea el absoluto protagonista, ¿no es así?

-Xabier Urruzola: Somos productores, por lo tanto el objetivo del restaurante es acercar a la gente al mundo del vino, no queremos que sea un espacio enfocado a la gastronomía. El cliente puede conocer los procesos de elaboración del vino, degustar variedades de diferentes depósitos... Además de nuestros vinos, tenemos 30 referencias de todo el mundo.

-G.D.R.:En cuanto a la oferta gastronómica, tenemos dos menús y hemos creado una zona más informal, la gastroteca, con mesas altas, donde se pueden degustar raciones.

El edificio que alberga el restaurante es muy moderno...

-G.D.R.: Está inspirado en la obra de Jorge Oteiza y tienen unos ventanales desde donde se observa el paisaje. No hacen falta más adornos que varios trabajos de los artistas Koldobika Jauregi y Angel Uranga. Queríamos un edificio de diseño moderno, que contrastara con el caserío; simbolizar nuestra mirada al futuro sin olvidar las raíces. La parte alta de la casa donde vivimos es del siglo XIV y el caserío- tolare, del siglo XVI.

Llega el época de la vendimia, ¿por qué la viven como una fiesta?

-X.U.: Supone recoger el trabajo de todo un año y sentimos un gran descanso. Pasamos el año pendientes del tiempo, cuidando la planta para que no enferme... Tenemos 3,5-4 hectáreas y producimos actualmente 80.000 botellas.

Exportan gran parte de su producción, ¿les está costando hacerse un hueco en el mercado nacional?

-G.D.R.: La producción dentro de la Denominación de Origen aumentó mucho y nuestra implantación fue muy lenta. Nos tuvimos mover fuera, vendiendo en México, Estados Unidos, Canadá, Japón, Inglaterra, Italia, Holanda... Con la exportación quizá el volumen de venta es mayor, pero exige mucho trabajo porque hay que hacer un seguimiento al cliente. Por eso tenemos que hacer todos los años viajes para visitar y cuidar al cliente.

Antes de comenzar con la viticultura vivían en Lasarte-Oria, ¿cómo se han adaptado a vivir en un pueblo rural como Alkiza?

- G.D.R.: Alkiza nos ha atrapado. El paisaje tiene una fuerza impresionante y veo difícil que nos vayamos. Xabi ha vivido la niñez en el caserío, pero ambos hemos crecido en la calle y teníamos nuestras dudas de si nos adaptaríamos. El pueblo nos ha acogido con los brazos abiertos y aquí ha nacido nuestra hija.

¿La gente se sorprende aún de que en Alkiza se produzca txakolí y no sidra?

-X.U.: Al principio la gente se extraña, pero tradicionalmente txakoli se ha producido en toda Gipuzkoa. Además, Alkiza no está en primera línea de costa, pero estamos a diez kilómetros.

Miran atrás, la apuesta que hicieron hace diez años por este proyecto y... ¿qué sienten?

-G.D.R.: ¡Escalofríos! Cada uno de nosotros teníamos nuestros trabajos, que compaginábamos con este proyecto que nos ilusionaba mucho. El proceso es largo porque la planta no empieza a dar la uva hasta los tres años. Teníamos que apostar firme, porque el volumen de trabajo fue aumentando. Estamos llegando a un punto de estabilidad y miramos al pasado con orgullo.