La obra escultórica de Cristina Iglesias, que se instalará dentro del edificio del faro de la isla de Santa Clara, conllevará la excavación de un hueco en la tierra en el que se instalará la vasija de hormigón, que se recubrirá con los característicos relieves de bronce de la artista donostiarra. El hueco, de un máximo de cuatro metros de profundidad, obligará a extraer unas 100 toneladas de piedra de la isla, en concreto 97 metros cúbicos de materia natural, según consta en el proyecto básico de la intervención, firmada por el arquitecto Jabier Lekuona.

Además de esta excavación del terreno bajo el actual suelo del edificio, la obra contempla el vaciado total del inmueble, con el derribo de los muros de las habitaciones, los revestimientos y otros elementos interiores que dejarán de tener su razón de ser con la transformación integral proyectada en el edificio que, sin embargo, seguirá cumpliendo su función de faro. Para acceder a la linterna se abrirá una puerta en la parte baja del cilindro, que dará a la antigua escalera metálica de caracol.

El proyecto ideado para albergar la obra de Iglesias prevé eliminar la actual cubierta del inmueble, de 200 metros cuadrados de planta. La nueva será de vidrio y su estructura será metálica. Esta actuación será una de las de mayor coste de las previstas para adecuar el edificio a su nueva función. De los 230.000 euros de ejecución de la obra civil para adecuar el edificio del faro a la obra artística de Cristina Iglesias, el cambio de la cubierta ascenderá a 104.000 euros.

El vaso que se colocará sobre el hueco horadado en el terreno tendrá una estructura de hormigón sobre la que se apoyarán las instalaciones necesarias para la ubicación de la obra escultórica. Sobre la vasija se colocarán los relieves que nacen de la imaginación de la autora, Premio Nacional de Bellas Artes, y sobre los que discurrirá el agua, evocando las mareas. Una instalación hidráulica será necesaria para la obra y se instalará en el edificio de baños públicos situado junto a la casa del faro.

La entrada al edificio convertido en obra de arte se llevará a cabo por la actual puerta de acceso al inmueble, que será reformada por la artista donostiarra. Una vez traspasado el umbral se llegará a una rampa que subirá en espiral y sobrevolará la vasija metálica. Dadas las características del paso y el tamaño reducido del espacio, el máximo de personas que podrán estar a un tiempo en el recinto será de nueve, según los cálculos del proyecto básico.

La artista donostiarra ha señalado que la actuación prevista en la isla de Santa Clara tiene cierta similitud con la que ha firmado en el convento de Santa Clara de Toledo. En este caso, la obra en metal instalada sobre un hueco en el suelo toma la forma de raíces de árbol en el lecho de un río. También en esta obra el agua tiene un protagonismo esencial y, en este caso, rinde homenaje al río Tajo.

raíces La evocación de la tierra y las raíces también está presente, de la mano del agua y el bronce, en su trabajo del edificio Bloomberg, de la City londinense, un complejo diseñado por Norman Foster.

También el centro Botín de Santander cuenta con una obra Iglesias, compuesta por cuatro pozos y un estanque. Desde lo subterráneo es el nombre de este trabajo, en la que la vegetación y los moluscos evocan la formación de la tierra.

La inclusión de una escultura de la reconocida artista contemporánea en la isla de Santa Clara dará un nueva personalidad al espacio, que no siempre podrá ser visitado, a causa de estado de la mar. Esta dificultad de acceso será uno de los misterios de la creación artística, según espera la autora. No obstante, cuando el tiempo acompañe, los responsables del proyecto trabajan para que el Aquarium organice visitas al lugar, de modo que los ciudadanos puedan contemplar la creación.

El faro que dará luz a la nueva obra de Iglesias se puso en funcionamiento en 1864 y, hasta la automatización del mecanismo, en 1968, acogió a doce fareros, que residieron en el lugar con sus familias, por lo que el edificio tiene, aún hoy, habitaciones y cocina. La construcción está catalogada en el Plan Especial de Patrimonio Urbano Construido de Donostia con el grado C y forma parte del Catálogo de Faros con Valor Patrimonial de España.