Volver a casa por San Pantaleón
las cuadrillas de pasai donibane repartieron ayer 650 kilos de sardinas asadas siguiendo con la tradición del día en el que los pescadores volvían de la mar
probablemente, la de ayer es la tradición más especial para todas las familias de Pasai Donibane que, hace años, veían volver a sus marineros de la mar para la fiesta de San Pantaleón. Las cuadrillas del municipio asaron 650 kilos de sardinas y las repartieron en los puestos improvisados con tablas y caballetes a los vecinos y curiosos que se acercaron hasta la plaza. La tamborrada de arrantzales fue la culminación a un día en el que el pañuelo a cuadros y la ropa de mahón tomaron las calles de la localidad.
“Repartir las sardinas es lo más bonito, es de lo que se trata”, ccuenta Marian Figeroa, vecina de Donibane. Luismari Laboa disfrutó la fiesta desde que sacó la ropa, a primera hora de la mañana, hasta que terminó de tocar el tambor -heredado de su padre- casi a medianoche: “Lo vivimos desde pequeños con toda la familia y es la fiesta más bonita”.
La tamborrada nocturna recuerda a los que en este día llegaban de la mar después de meses de pesca y salían con sus tambores por Donibane para hacer saber a todo el mundo que estaban en el pueblo. Los que ayer salieron a la calle a tocar las piezas creadas por Pedro Etxeberria, fueron los hijos, sobrinos o nietos de aquellos arrantzales. Los tambores heredados, sin duda, ayudaron en el homenaje a sus predecesores.
La llegada al pueblo de Donibane fue, entre sardinas y olor a brasa, un viaje en el tiempo, una sensación de bienvenida a los que un 27 de julio volvían de la mar. El pueblo entero rememoró el regreso a casa de sus marineros.