El verano se relaciona con el sol, la playa, las vacaciones y con mucho tiempo libre, sobre todo cuando se es estudiante y se lleva todo el año ocupado. Mucha gente utiliza estos meses para recargar pilas y cambiar un poco de aires, decide viajar a otros países y ver mundo. Otros prefieren quedarse en su zona de confort y disfrutar del verano con los que tienen alrededor. Pero hay otro sector de la juventud que decide aprovechar todo el tiempo que ofrece esta estación para trabajar, bien porque le apetece salir de lo cotidiano o bien porque quiere o necesita ganar algo. Sacrifican parte de su verano, como quedar con los amigos, salir de fiesta o dormir hasta las tantas, pero lo hacen porque, de una forma u otra, les compensa.
Esta es la historia de muchos donostiarras como Asier Ormazabal, Inhar Sola, Irati Oiartzabal y Ander Treviño. Asier Ormazabal es toldero de la playa de La Concha de Donostia. Es el segundo año que trabaja cumpliendo esta labor, aunque anteriormente realizó dicho cometido durante unos días cuando se celebraban los fuegos artificiales de la Semana Grande de la ciudad. Inhar Sola es monitor de piragüismo y se encarga de enseñar a varios niños y niñas a desenvolverse por las aguas de La Concha. Es todo un veterano, ya que este es el cuarto año en el que desempeña estas funciones. Irati Oiartzabal también es monitora de un grupo llamado Tilintalan, que ofrece actividades y excursiones a los más pequeños. Y, por último, Ander Treviño es un donostiarra que trabaja de camarero en el Hotel Londres, a veces por las tardes y otras por las noches. Tampoco es su primera vez, ya que hace dos años también se animó con esta experiencia.
Durante el año, los cuatro tienen quehaceres diferentes, ya que tres de ellos son estudiantes de universidad y el restante se encuentra buscando algo en el mercado laboral. Ander, Inhar e Irati están en pleno ciclo universitario, estudiando ADE+IMS, Ingeniería y Enfermería, respectivamente. Asier, sin embargo, ha concluido una Formación Profesional y trabaja realizando sustituciones donde puede.
Encontrar trabajo en verano no es tarea sencilla, por eso la gente recurre a los allegados o a los conocidos para tener más facilidades. Tanto Ander como Irati se enteraron de la posibilidad a través de los familiares. A Irati se lo recomendó su hermana, que ya vivió esa experiencia como monitora infantil, y a Ander se lo sugirieron hace dos años sus padres, aunque matiza que este año fue él quien preguntó directamente al hotel si podía repetir. En el caso de Asier, un amigo le hizo saber que existía la oportunidad de trabajar de toldero y, por ello, decidió probar. El caso de Inhar, sin embargo, es muy diferente a los demás porque él es socio del club de piragüismo desde pequeño y fue así como consiguió el trabajo.
Pese a que en dos o tres meses no se obtienen grandes sumas, lo que se consigue suele servir para cubrir ciertas necesidades que puedan tener chicos y chicas de esas edades. Asier e Inhar no se quejan demasiado ya que lo que ganan les sirve porque no tienen muchos gastos. Irati dice que lo que gana no es mucho y demuestra que no está ahí solo por dinero. En el caso de Ander, trabaja para poder ayudar a sus padres con los gastos que tendrán porque el año que viene se va de Erasmus. Sin embargo la anterior vez que trabajó lo que ganó le sirvió para cubrir sus necesidades
El sacrificio es grande y se renuncia a mucho tiempo que se podría invertir con las amistades. Irati se muestra apenada por no poder ir a los sanfermines. Asier dice que se le hace duro porque los días que libra sus amigos trabajan. Inhar ha tenido mucho más fortuna porque solo trabaja por las mañanas. Y como Ander afirma, aunque a veces se haga duro, disponer de ese dinero a lo largo del año lo compensa.