“No me gusta el postureo, la gente detecta enseguida cuándo le hablas de verdad”
Olatz Peon reflexiona sobre los tres años de mandato. La alcaldesa de Tolosa (PNV) se presenta a la reelección, aunque reconoce que esta vez le ha costado decidirse
Tolosa - ¿Por qué le ha costado decidir si volver a encabezar la candidatura del PNV?
-Ahora estoy más preparada y segura de mí misma, pero el sacrificio personal es muy grande. Además, hay que tener valentía para ver si el pueblo ratifica nuestra gestión. En 2015 me costó menos, porque tenía experiencia en el Ayuntamiento y solo hacía falta que alguien pusiera la cara al proyecto, un proyecto con el que me sentía muy identificada.
¿Cómo se ha sentido estos tres años en el papel de alcaldesa?
-Trabajé codo a codo con Jokin Bildarratz y siempre pensé que yo era persona de segundo plano. No tengo ambiciones políticas y creo que ya he llegado muy alto. Cuando me quito la txapela de alcaldesa, que soy la de todos los tolosarras, en el Batzoki soy muy militante, aunque hoy en día no esté de moda la militancia política.
¿Siente que ha cumplido la palabra dada?
-Sí, tengo la sensación haber llevado a cabo gran parte del programa presentado, pero no nos va a dar tiempo a acometer todos los proyectos.
¿Qué proyectos importantes se han ejecutado?
-Al coger el Gobierno tuvimos que reaccionar rápido ante algunos temas, como la recogida de residuos. Preocupaba mucho a la ciudadanía y fue importante actuar para ganar credibilidad. El desarrollo económico ha sido una prioridad, y hemos utilizado todas las herramientas que tiene un ayuntamiento para ir cumpliendo el plan previsto. Considero que el edificio Oriaburu y el centro de coworking Emari son un símbolo en este sentido. Teníamos la sensación de que Tolosa estaba parada y la hemos vuelto a poner en marcha.
¿Y ha habido algún proyecto frustrado?
-El tema de los aparcamientos es un tema pendiente. Con todos los proyectos de urbanización que estamos llevando a cabo vamos comiéndonos plazas. El aparcamiento de Bidebieta fue una buena iniciativa, pero los vecinos ya tienen la sensación de que se ha quedado pequeño. El pueblo ya no da para más y creo que hay que buscar soluciones imaginativas. Un estudio nos dirá cómo está diseñado el tráfico y qué posibilidades hay para crear aparcamientos.
Le está tocando lidiar con el debate sobre el modelo sanitario comarcal, un tema en el que se le pide más implicación como alcaldesa.
-No es un tema nuevo. La plataforma que pide la publificación de la clínica La Asunción se creó en anteriores legislaturas y en esta se han sumado las reivindicaciones de los trabajadores. La competencia no es municipal, y nosotros debemos realizar una labor de mediación, que no es fácil.
¿Cree que debe dar la cara por un tema que no se decide en Tolosaldea, sino en Gasteiz?
-En cierta manera sí, pero tengo un gran respeto a la administración pública. Tiene mucho sentido cómo estamos organizados como pueblo y la división de competencias no es algo casual. No tener competencias aquí no quiere decir que no tengamos voz en Gasteiz.
También le está tocando gestionar conflictos laborales; el de los trabajadores de La Asunción y el de Tolosaldea Bus...
-La verdad es que no tenía experiencia en mediar en conflictos laborales. Hablamos de servicios públicos y hemos tratado de perjudicar a los ciudadanos lo menos posible. En el caso del bus urbano, hemos tomado una decisión excepcional, la de asumir la gestión provisionalmente para seguir prestando un servicio a los tolosarras.
¿Qué tema le ha quitado el sueño?
-Más que un tema concreto, lo más duro es tener que saltar de un asunto a otro, siendo tan diferentes entre ellos. Algunos temas son muy administrativos y otros mucho más personales, pero todos son importantes.
La cuestión de la recogida de residuos está mucho más calmado...
-Si de algo sirvió el conflicto de la anterior legislatura fue para concienciar a la gente, aunque fue un gran error llevar un tema técnico al nivel político. Ahora la asignatura pendiente es la parte vieja; tenemos que analizar muy bien cómo ser más eficientes.
La actualidad manda. Tolosa ha acogido esta semana cuatro refugiados del ‘Aquarius’, ¿cómo se ha llevado el proceso?
-No hemos tenido ninguna duda en participar en el programa Auzolan del Gobierno Vasco.
¿Qué proyectos le gustaría que vieran la luz la próxima legislatura?
-El desarrollo económico seguirá siendo nuestro motor. Esta legislatura hemos hecho muchos estudios, que nos darán pie a tomar decisiones en los próximos años. Uno de ellos es el estudio sobre los equipamientos culturales que tiene Tolosa, un documento clave. Otro proyecto importante será la Casa de las Mujeres. Me he asombrado de la cantidad de mujeres que están participando en el proceso.
En el ámbito urbanístico, ¿qué le queda por hacer a Tolosa?
-La rehabilitación de la calle Rondilla será un proyecto estrella, pero habrá que pensar antes en solucionar el tema de los aparcamientos. Zumardi Txikia también da muchas posibilidades de aprovechamiento, pero aquí también hay que pensar en los aparcamientos. San Esteban es el último ámbito de desarrollo de Tolosa y esperemos que haya un consenso respecto a lo que queremos que sea.
Es una persona discreta, ¿cómo lleva el protagonismo que implica ser la alcaldesa de su pueblo?
-En calle no me siento agobiada. La gente pregunta porque quiere saber, y eso lo agradezco. Tengo dos cartas escritas a mano que son una pasada, y que guardaré siempre. Dar la cara es una cosa, pero no me gusta el postureo; la gente detecta enseguida si le hablas de verdad. Quiero reivindicar el trabajo de los concejales, porque trabajan mucho, pero muchas veces me toca a mí comunicar su labor.
¿Qué es lo más bonito y lo más duro de ser alcaldesa?
-Ver que nuestra acción influye en la vida de las personas, eso justifica las horas invertidas, los malos entendidos... Pero a su vez lo más duro es eso mismo: querer ayudar y no poder hacerlo.