Zarautz - ¿Qué podemos encontrar en ‘Si llegas será después. Musicando el deseo’? ¿Cómo lo definiría?

-Naturalmente, poemas e ilustraciones que se hacen compañía. Es una edición bifronte que converge se comience de una manera o de otra, por las ilustraciones desde la portada azul o por los poemas desde lo coral carmesí. Las palabras tienen su alma. Yo no solicito un sentido particular a estos poemas, me gustaría que los que la lean lograsen encontrar el alma que aparece en contacto con las palabras. Es una poesía diferente de lo que he hecho hasta ahora, porque no tiene tanta inmediatez en la comprensión, y hay que ir leyéndola verso a verso. De hecho, cada verso tiene sentido por sí mismo.

Pero podemos decir que el libro es como una especie de homenaje a las mujeres.

-Decididamente es un deseo de consideración a la mujer, un homenaje, y a lo humano, que está antes del género, que en el hombre se da por hecho y en la mujer se contempla. De ahí la injusticia sangrante que estos días nos revuelve el estómago y el corazón, que cometemos hacia ellas si no lo denunciamos y pasamos al acto de cambiarlo. Por eso me nutro de las poetisas hispanoamericanas como Gabriela Mistral o Alfonsina Storni, entre otras. Al cabo de tanto amor despedazado, echado a perder, doliente, ajenas al silenciamiento, nombrando y no aceptando lo irremediable con la verdad y la belleza de su poesía.

Además de ser el creador de los poemas, también ha hecho las ilustraciones del libro. ¿Qué ha intentado transmitir en ellas?

-Una admiración hacia la música que no solo no se atenúa con los años, sino que crece. De ahí las ilustraciones de Musicando el deseo, ya que para mí el deseo tiene mucho de musical. Que lo pintado acerque a lo que no hemos podido vivir, el lugar en que alguien se perdió y al que no pudimos entrar nunca y mirándolas abra una ventana.

En la presentación de Sanz Enea contó con algunos músicos. ¿Tiene pensado hacer alguna sesión más?

-Cuando finalizamos dijimos que salíamos de gira. Naturalmente, era la satisfacción puesta en exageración. Son todas personas que tienen tanto que ver con la música que simulan ser profesionales y no solamente dan el pego, sino que convencen. Ha sido un esfuerzo que solo desde la compañía, el interés, lo hemos podido llevar a cabo. Un do de pecho no lo podemos hacer todos los días, pero ojalá que resuene el eco y lleve el viento a la emoción.

¿Qué acogida está teniendo?

-En los amigos escritores y poetas que lo tuvieron recién salido del horno y calentito, son admiraciones y elogios, pero no pierdo de vista que son hermanos solidarios con un exceso de generosidad. Ya en las manos de otros he visto la sorpresa y cierto regusto, y que sea lo que en cada uno germine. Como esas simientes que plantamos como bulbos y luego nacen tulipanes, jacintos, muguets... y otras se quedarán sin florecer. Y otras, si esperamos, a veces al cabo de varias estaciones, renacen. A mí me gustaría que la semilla de los poemas cayese en tierra fértil, pero el riego y el buen aire se lo dan los lectores.

Es psicólogo de profesión. ¿Diría que la poesía y la psicología se complementan?

-No las puedo separar, una da paso a la otra y en ocasiones la traspasa, en otras se esperan. Ambas me sacan a la superficie, porque me mantiene a flote el consuelo, después del retrato del sufrimiento y hace de refugio. Ambas con su cara y con su cruz y con su reparación.He dedicado y dedico más de la mitad de mi vida a mi oficio de profesional de salud mental: psicólogo clínico-psicoterapeuta. Esa es mi labor, que ejerzo con gustosa vocación. No es menos vocacional la escritura, pero desde mi sentir, es tan necesaria como el aire que respiro. La que has nombrado en primer lugar se da la mano con la otra, ¿dirías tú que dar la mano es complementario de ofrecerla y necesitarla?