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Dos perlas de Bizkaia con sangre de Urretxu y Zumarraga

El pelotari Andoni Aretxabaleta y la bertsolari Nerea Ibartzabal están triunfando en sus respectivas disciplinas. Las madres de estos dos jóvenes de Markina son de Urretxu y Zumarraga.

Dos perlas de Bizkaia con sangre de Urretxu y Zumarraga

El pelotari Andoni Aretxabaleta y la bertsolari Nerea Ibar-tzabal están dando de qué hablar en sus respectivas disciplinas. Aretxabaleta está supliendo con nota a Ladis Galartza en el campeonato de mano por parejas e Ibartzabal ha hecho un gran papel en el campeonato de bertsolaris. Ha sido la más joven de las participantes y la gran revelación. Los dos son de Markina. Son dos perlas vizcainas, pero por sus venas corre también sangre de Urretxu y Zumarraga. La madre de Andoni es la zumarragara María Isabel Aramendi y la de Ibartzabal la urretxuarra Fina Salegi. La una es de Eitza, el barrio más auténtico, y la otra del mítico bar Isabel. Markina es un pueblo con casta, pero seguro que el toque de Urola Garaia también les ha aportado algo. NOTICIAS DE GIPUZKOA reunió a los cuatro en el frontón pequeño de Markina.

Salegi tiene 58 años. Cuando tenía 14, su familia se trasladó del barrio San Miguel de Elgoibar a Urretxu. Con 20 años se fue a vivir a Donostia y trabajó en el mundo del cine, en labores de producción. Cuando nació Nerea, se instaló en Markina. “Hice como las tortugas: volver a casa a poner el huevo”, comentó con humor. No en vano, Markina está muy cerca de San Miguel.

Aramendi tiene 54 años. Trabaja en Eroski. Cuando se casó se trasladó a Markina y lleva 27 años viviendo en esta localidad vizcaina. “Fina ha dicho que volvió a su lugar de procedencia. Yo hice algo parecido: mi bisabuela era de Markina”.

Las dos madres se conocen desde los tiempos en los que vivían en Urretxu y Zumarraga. Eso sí, en aquella época solo se conocían de vista. “Da la casualidad de que tanto los padres de Fina como los míos regentaban un bar. Nosotros teníamos el bar Bordatxo de Eitza. A Fina le conocía porque era amiga de un vecino del barrio: Jon Gartziandia. Ella es cuatro años mayor que yo y en la juventud esa es una diferencia de edad muy grande”, indicó Aramendi. “Además, yo era muy juerguista y tú eras formal”, añadió su vecina. “¡Estaba atada al bar!”, aclara la eitzatarra.

Orgullo de madre Las dos madres se alegran mucho por los dos jóvenes. “Conozco a Andoni y a su hermana melliza desde los tiempos en los que llevaba a Nerea a la ikastola. Me alegra mucho verle en lo más alto. Además, me gusta mucho la pelota. Mucho más que el fútbol”, señaló Salegi.

También le encantan los bertsos, claro. “No suelo ir a muchos festivales, pues me emociono demasiado. Me gustan mucho los bertsos y me emociono con todos los bertsolaris, pero cuando canta Nerea es algo exagerado: hago el ridículo. Por eso, prefiero verle en casa, por Internet. Así, puedo llorar tranquila”.

La final del campeonato de Euskal Herria la siguió por la televisión. “Nunca me pierdo la final. Cierro la puerta de casa, bajo las persianas, apago el teléfono y sigo la final desde el el primer bertso hasta el último. Soy una loca de los bertsos. En el bar Isabel solía cantar con los bertsolaris de Gabiria, después de cerrar. Y Lazkao Txiki comía todos los días en nuestro bar. Todo el comedor se moría de la risa con sus chistes y anécdotas”.

Aramendi también está muy orgullosa de los dos jóvenes. “En Markina estamos muy orgullosos de ellos. Lo que ha hecho Nerea en el campeonato de bertsolaris es como para estar contentos”. Ella también sigue a los bertsolaris por televisión. “A Andoni le gustan mucho los bertsos y, como en casa el mando a distancia suele estar en sus manos, solemos escuchar a los bertsolaris”.

La pelota, en cambio, la sigue en vivo. “Mi marido suele ir más que yo al frontón, pues suelo trabajar los sábados. Me pongo muy nerviosa, pero voy siempre que puedo”. Nerea es periodista y no puede evitar hacer una pregunta. Quería saber dónde se coloca la madre de Aretxabaleta cuando va a ver a su hijo. “Normalmente, me suelo esconder. Andoni nos tiene dicho que vayamos siempre que queramos, pero que no gritemos. No le gusta que los familiares de los pelotaris animen a los suyos. Nos lo dejó claro cuando todavía era un niño. No quería quedar en vergüenza”.

Los hijos, al igual que las madres, se conocen desde hace mucho. Desde niños. No en vano, solo se llevan dos años. Ibartzabal tiene buenas palabras para el pelotari. “No le conozco lo suficiente como para poder decir algo malo de él. Es una persona muy alegre. De niño ya era así. En el patio de la ikastola siempre estaba bromeando, sonriente, contando anécdotas... Hoy en día, sigue igual. Es muy majo. Encantador. En el pueblo nos hemos alegrado mucho por el buen papel que está haciendo en el campeonato”.

Aretxabaleta también ve con buenos ojos a su vecina. “Siempre ha sido muy lista. En su día coincidimos en el grupo de danzas y en la ikastola y ahora en los bertso-poteos, en la calle... Además, compartimos aficiones. A los dos nos gustan la pelota y los bertsos. En Markina hay una gran afición a los bertsos. A las eliminatorias de Zumaia y Maule fue mucha gente del pueblo. ¡De Markina a Maule hay tres horas de viaje!”.

Ibartzabal ha disfrutado mucho en el campeonato. Dice que ha cantado sin presión. Vive en Hernani e imparte clases de bertsos en varios centros escolares de Tolosaldea y Goierri. Es consciente de que ha sido la gran revelación del campeonato y de que en adelante los focos estarán puestos en ella. “El año que viene se disputa el campeonato de Bizkaia y sé que la gente esperará mucho de mí. Iré a darlo todo, pero a saber cómo me encontraré. Si en los dos últimos campeonatos lo he hecho bien, es porque he ido sin presión”.

Los pies en el suelo Aretxabaleta también quiere mantener los pies en el suelo. “Los medios de comunicación me están poniendo por las nubes, pero llevo varios meses jugando bien. Durante los campeonatos, se tiende a exagerar las cosas”.

Los cuatro vienen a menudo a Urretxu y Zumarraga. Aretxabaleta suele comer en casa de su abuela cuando entrena en Tolosa. Y dio sus primeros pelotazos en el frontón de la ermita de Eitza. Nerea, por su parte, recuerda que de niña participó en el desfile de la Euskal Jaia de Urretxu: con su abuelo y los bueyes de este. “Como doy clases en Segura y Lazkao, a veces suelo ir a visitar a mi tía”.

En navidades también vendrán a Urretxu y Zumarraga, por supuesto. Todos los años suelen salir a potear con sus familiares y al final de la entrevista quedaron para tomar un pote los cuatro juntos.