DONOSTIA- El Ayuntamiento de Donostia ha dispuesto, en los presupuestos de 2018, una partida de 50.000 euros que tiene como objeto realizar una prueba piloto para ver de qué forma responden las comunidades de vecinos a la instalación en sus garajes de un punto de carga para vehículos eléctricos.

Según explicó la delegada de Movilidad, Pilar Arana, la prueba se llevará a cabo durante un año en los garajes de San Francisco Javier, en Egia, que son de titularidad municipal. Esta instalación “escaparate” servirá de ejemplo para observar el funcionamiento del servicio. Y es que el Ayuntamiento tiene intención de avanzar por esta línea, la de subvencionar la colocación de puntos de recarga en garajes privados.

De este modo también se pretenden superar algunas “reticencias”. Según explicó Arana, son muchos los que creen que el coste de la carga de un usuario la asume la comunidad, cuando no es cierto. En San Francisco Javier se podrá conocer de cerca el funcionamiento que pasa por la colocación de un enchufe desde el que se hace llegar una conexión a la plaza de garaje del interesado, que es el que paga el consumo realizado en su totalidad.

Para cuando se active esta prueba Arana confía en que esté ya aclarado de qué forma se puede compatibilizar la recarga tanto para coches como para motos.

La edil de Movilidad subrayó que aunque el Ayuntamiento no va a financiar la adquisición de vehículos eléctricos -ya existe una línea de ayudas a nivel estatal que se agota con celeridad- sí prevé poner en marcha algunas medidas que hagan más atractivo el cambio.

Pese a reconocer que los concesionarios de venta de vehículos ayudan poco a la hora de hacer que un usuario se decante por un coche eléctrico, Arana asegura que hay que desbloquear de algún modo la situación: “Es como una pescadilla que se muerde la cola. No se toman medidas para facilitar la carga porque no hay vehículo, y hay pocos vehículos porque tampoco es sencillo cargarlos”.

Con el objeto de dar pasos en firme en la promoción del transporte eléctrico, el Ayuntamiento encargó un estudio a la consultoría Edenway en el que se analizan desde las opciones de carga a las tarifas aplicables y las medidas que se pueden adaptar a nivel local.

Con el estudio sobre la mesa, y conociendo la realidad de la ciudad, el Ayuntamiento quiere apostar por la llamada carga vinculada, la de larga duración que, habitualmente, se lleva a cabo en los aparcamientos del usuario y que cubre el 95% de las necesidades de energía del mismo.

En esta misma línea, el Consistorio trabaja con las empresas que gestionan los aparcamientos subterráneos para que incorporen enchufes, para lo que se tienen que transformar en “gestores de carga”, título cuya consecución obliga a superar una tramitación que a día de hoy resulta compleja pero que,un cambio de la normativa vigente antes de fin de año facilitará.

Actualmente algunos hoteles de la ciudad, como el Amara Plaza o el María Cristina, ponen a disposición de sus clientes puntos de recarga. “Creemos que esta es la fórmula que debemos potenciar”, añadió Arana.

La recarga de emergencia, con puntos que habitualmente se sitúan en superficie para que los vehículos puedan hacerse con la energía necesaria para salir del paso, no son bien vistos por el Ayuntamiento, que intentará dosificarlos. Este tipo de dispositivos presentan varias desventajas, como la ocupación de plazas y la complejidad de su explotación y gestión, incluido el pago del servicio y la necesidad, también en este caso, de contar con un “gestor de recarga”. Además “el chute de energía” necesario en este caso muy alto.

Además, el Consistorio tiene que valorar cómo gestionar este tipo de puntos a futuro, aunque la opción más plausible es hacerlo de forma similar al del sistema OTA, mediante una empresa subcontratada.

A estas dos modalidades cabe sumar la “carga de oportunidad”, que se lleva a cabo cuando se realizan otras actividades y que se efectúa, normalmente, en puntos ubicados en centros comerciales -Garbera ya dispone de uno- o parkings de rotación. Las gasolineras también desempeñan un papel esencial para la recarga en ruta o carga súper rápida.

La tarificación depende, en gran medida, del tipo de recarga que se realice y todavía quedan muchos aspectos a despejar en esta materia, como la forma en la que se realizará el cobro cuando la recarga no se hace en el garaje de la comunidad.

En cuanto a la instalación oscila entre los 2.165 y los 51.879 euros, siendo los más caros los puntos de recarga rápida, en los que también resulta más onerosa la energía y el mantenimiento.